En mis tiempos de Universidad tuve la suerte de tener como profesor a Virgilio Crespo Cano, que me impartió clases de Castellano y después de Expresión Oral y Dramatización. Aquello me marcó para bien. Y me sirvió para fijarme, desde otra focalización, en lo que nos estaban comunicando constantemente desde medios tan masivos como las televisiones o las radios, entre otros. Por eso, el artículo de hoy va sobre el arte y la importancia de saber comunicar. Pero sobre todo, de la importancia de la Educación y del compromiso de los medios de comunicación con la verdad.
La televisión no sólo es el medio que entra en nuestros hogares, seamos tecnológicos o no, tengamos redes, internet o no, llega a millones y penetra en nuestro componente emocional, consumista y también en nuestra sicología cotidiana, pero sobre todo nos induce a pensar como votantes políticos. Es masivo, sencillo, y llega a toda la familia, inundando de mensajes contundentes y machacones. Aunque hay que reconocer que las redes sociales se están convirtiendo en un servicio constante y a la carta, gracias a los móviles, y están cambiando de forma vertiginosa la manera de relacionarnos los seres humanos permitiéndonos conocer a personas de cualquier punto del planeta.
Aunque cada vez menos, es cierto que en la televisión quedan todavía comunicadores de cierto nivel, capaces de llegar a la gente transmitiendo información contrastada y de calidad. Pero lamentablemente, la profesión seria y rigurosa del periodismo, se está plagando de cantamañanas y tele predicadores, que utilizan los medios de comunicacion de masas (mcm) no para informar, sino para intoxicar y desinformar a la gente, tanto con televisión basura del entretenimiento como con programas de tertulianos, comprados por intereses financieros que sólo hacen propaganda de los partidos politicos que les pagan con plebendas y cargos.
Por Iñaki Xabier Vélez Domingo
En lugar de informar rigurosamente, se dedican a retorcer la verdad y los hechos, sin importarles en absoluto los valores éticos. Con total e impune cinismo, se apoyan en argumentos falsos, en mentiras, en engaños flagrantes, lo que ahora se llama eufemísticamente "la realidad alternativa" o "fake news", pero que toda la vida ha sido lo mismo, mentira, manipulación, corrupción y falsedad. Nada que ver con el objetivo de todo buen periodista, que no es otro que la búsqueda de la verdad, la objetividad mayor posible y la calidad informativa y sobre todo, servir de vigilante, freno y cortapisa para denunciar los abusos del poder. De todo el poder, el político, el económico, el religioso, el que quiera que sea que tiende a manipular, explotar y utilizar a los hombres y mujeres para convertirlos en siervos y no en seres libres.
Para crear individuos libres, es primordial la Educación Libre y de Calidad. Por eso, volviendo a mi profesor Virgilio Crespo Cano, tengo que recordar que de él aprendí una frase que me ha marcado para siempre: “Las palabras no sólo dicen. También hacen”. Y estoy de acuerdo porque depende del contexto lingüístico, una palabra puede tener varios significados y dependiendo del uso que se le dé, tendrá una determinada intención. Cómo dicen, el dedo que marca hacia la Luna, no es sólo el dedo, lo que mirará el idiota, sino la Luna que emana la luz. Y es que las palabras, como el lenguaje no verbal y los tonos, dependiendo de con la intención con la que se utilicen, provocarán una reacción de activarse y luchar o de rechazo y pasividad en la persona que reciba el mensaje.
Por eso, teniendo en cuenta que la comunicación es la permeabilidad entre nosotros y todos los seres, los más cercano especialmente, es como un aura permanente que abarca toda nuestra vida, por lo que deberíamos de ser muy cuidadosos sobre cómo, cuando, y donde, lanzamos los mensajes. Por eso, algunos de nuestros políticos, espcialmente desde las filas socialistas, siempre dicen que para vencer, antes hay que convencer, persuadir a quienes nos estamos dirigiendo a fin de que nuestro mensaje cale en la sociedad. Que convenza e incluya a muchos más que los mensajes que juzgan, denigran y excluyen. Esto es vital no solo para la política, sino para cualquier comportamiento social que incluya un plan conjunto para avanzar como individuo y sociedad.
Esta es la importancia de saber comunicar oralmente y saber subirse a una tribuna a exponer. Pero no sólo nuestra palabra y nuestra voz es importante para que el mensaje llegue, sino que debemos trasmitir ante todo, confianza. Y la confianza es la mayor herramienta en la comunicación.
Incluso en la Radio, no sólo la voz es la voz. La voz lleva tonos, lleva registros y también, sin ver el gesto, el oyente es receptor de la confianza o de la desconfianza. Ahí, la voz es el mensaje y el mensaje llega si sabemos aportar confianza. La confianza emana de lo que trasmite quien habla, no es tono de la voz, o si es cálida, es lo que transmite sin esforzarse en caer particulamente bien. Hay voces que transmiten bien y enganchan al oyente de manera que el mensaje cale de una manera limpia, agradable y creativa. He de confesaros que echo de menos poder participar en algún programa de radio. Cuando he participado en algún programa de radio me ha parecido una experiencia fascinante.
Reconozco que no hay nada más bonito en esta vida que hacer lo que uno quiere transmitiendo toda la pasión. Cada vez que alguien me felicita por mis modestos artículos en este medio y otros, me quedo con la sensación del deber cumplido. Aunque reconozco que aún tengo mucho que aprender, pero despacio, con tesón, esfuerzo y buena voluntad lo voy haciendo.
El mismo tesón que pondo cada día con las redes sociales, con la intención de que el mensaje y la forma de gobernar que tenemos los socialistas llegue a los ciudadanos tanto españoles como de fuera de nuestras fronteras. Como militante que soy, no sólo no lo escondo a nadie, sino que tengo muy marcado el objetivo de llevar el socialismo allá donde vaya. Por eso tengo presente la importancia de la comunicación y la trasmisión de conceptos e ideas.
Por ello, y en la medida de mis posibilidades, intento estar siempre atento y abierto a aquelos compañeros y compañeras que sean receptivas a los mensajes de solidaridad, de crear juntos una sociedad más justa, alejados de discursos cargados de odios, mentiras y rencores que no hacen sino dividir a la sociedad y hasta romperla en pedazos de desconfianza de unos con respecto de los otros. Es el temerario discurso del “cuanto peor, mejor” tan vacío de verdad y de buenas intenciones como cargado de odio, confrontación y mala sangre.
Tenemos unos medios de comunicación actualmente, vendidos al bando del dinero con la clara labor de tapar corrupciones y desinformar. ¿Alguien se extraña de que muchos aplaudan los recortes en Educación Pública, en la Salud Pública, en el Bienestar social, prestaciones, ingreso mínimo vital, ayudas, etc? sobre las masas. Quizá por eso hoy me he acordado de mi gran maestro en castellano y comunicación, el profesor Virgilio Crespo Cano, que me enseño que una educación de calidad es imprescindible para que la sociedad sea más igualitaria y más justa. Que debemos ser mayoría los que apostemos por este tipo de mensaje, y si nos es posible, inundar las redes con ellos, para hacer frente a los fakes de odio, desigualdad y rencor. Como dijo Jesucristo cuando pronunciaba que la Palabra de Dios era simple y llanamente una declaración de la verdad, de la justicia y de la igualdad para todos.