El lunes 10 de agosto dimitía Hasán Diab, primer ministro libanés. La noticia no fue del todo inesperada, ya que el domingo previo el ministro de Obras Públicas adelantó que el primer ministro dimitiría en un futuro próximo. Esta declaración fue precedida por la dimisión de otros cinco ministros, abocados a abandonar su cargo después de que ocurriera la tragedia del puerto.
El discurso de Diab se emitió a nivel nacional, y estableció que el Ejecutivo "da un paso atrás para estar junto a la población". Asimismo, defendió que esta actuación se debe a "acatar la demanda de la población por un cambio real".
El ya antiguo primer ministro acusó a la clase política del país de corrupta, y no dudó en responsabilizarla de la explosión del puerto de Beirut. También remarcó que la corrupción de los partidos es crónica, y que "es necesario que [estos] cambien, porque son la verdadera catástrofe del país".
Diab se reunió con Aoun, presidente de la República libanesa, quien aceptó la dimisión, pero determinando que el poder estaría en manos de un gobierno en funciones, hasta que el siguiente ejecutivo sea elegido. Tal y como publicara El Economista en diciembre de 2018, "la política en Líbano opera lentamente. Tomó dos años y medio para que el país eligiera a su actual presidente, nueve años para que realizara elecciones parlamentarias y 12 años para aprobar el presupuesto". Esto indicaría que el lapso con gobierno en funciones podría durar más de lo deseado.
A la dimisión acompañan unas protestas que continuaban el lunes 10 después de tres días. Estas concentraciones han dejado, según fuentes de la Cruz Roja libanesa, 7 personas hospitalizadas y 38 atendidas en el lugar. En el momento del discurso de Diab, los protestantes se concentraron en los alrededores del Parlamento, donde lanzaron piedras y fuegos artificiales contra los policías, quienes respondieron con gas lacrimógeno.
Las protestas del lunes, momento de la dimisión, si bien virulentas, no alcanzaron el nivel de violencia del sábado, que se cobró la vida de un policía y dejó 700 heridos.