La crisis del coronavirus no solo está golpeando duramente a la economía de todos los sectores productivos de nuestro país, también ha puesto al descubierto las condiciones laborales deplorables en las que se trabaja en determinados lugares. Un de ellos es el campo donde miles de temporeros y temporeras, en su gran mayoría inmigrantes, recogen la fruta de temporada en el campo. Las lamentables condiciones de alojamiento y de higiene en la que se ven obligados a vivir ha hecho en estas últimas semanas que se hayan producido varios brotes de coronavirus ya que no cuentan con la protección adecuada.

Por este motivo, el Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los Diputados ha presentado una Proposición No de Ley en la que insta al Ejecutivo de Pedro Sánchez ha garantizar los derechos y libertades de las personas que trabajan de forma estacionaria en los campos de cultivo de nuestro país.

En concreto, pide que se colabore con las Comunidades Autónomas para promover medidas para que las personas trabajadoras temporeras cuenten con alojamientos dignos, se les dote de mayores recursos por medio de los servicios sociales de los territorios donde trabajan y se eviten situaciones de exclusión social.

La PNL también tiene como objetivo crear un plan específico para mujeres temporeras en todo el territorio nacional con el fin de prevenir abusos, no solo laborales sino, también en algunos casos más extremos, sexuales.

La iniciativa parlamentaria presentada por los socialistas plantea la creación de campañas informativas con material en distintos idiomas sobre el convenio colectivo del sector y las principales medidas de prevención de riesgos laborales que se tienen que poner en marcha en las explotaciones agrícolas.

La portavoz de Derechos Sociales del Grupo Parlamentario, Sonia Guerra, ha explicado que “a pesar que la mayoría de los temporeros y las temporeras están teóricamente amparados por un contrato temporal en origen, la realidad es que se dan irregularidades en el trato recibido por estos trabajadores. Por eso no podemos seguir ajenos a las situaciones en las que malviven algunas de estas personas”.

Para Guerra “es nuestra obligación garantizar los derechos básicos y la dignidad de todas las personas” y ha hecho una especial mención a la situación de vulnerabilidad en la que se encuentras las trabajadoras que también viven situaciones de violencia machista.