El Departamento de Salud y Defensa estadounidense ha informado de la firma de un acuerdo con las empresas farmacéuticas Pfizer y BioNTech, para asegurarse la disposición de al menos 100 millones de dosis de la vacuna que están desarrollando. El acuerdo por valor de 1.950 millones de dólares les permitirá hacer frente a la crisis sanitaria que, según ha declarado el presidente de Estados Unidos, Donal Trump, “empeorará”.
Estados Unidos ha vuelto a acaparar la producción de uno de los primeros métodos efectivos contra el coronavirus. A principios de julio, el país norteamericano compró toda la producción de remdesivir, el primer fármaco aprobado por las autoridades sanitarias como tratamiento efectivo contra el coronavirus. Ahora ha firmado un acuerdo que ha calificado como “histórico” para que los laboratorios de Pfizer y BioNtech produzcan y entreguen 100 millones de dosis de la vacuna que están desarrollando una vez se apruebe.
El acuerdo contemplaría un pedido inicial de 100 millones de dosis de la vacuna BNT162 por un valor de 1.950 millones de dólares. Un pedido que recibirían una vez fuese aprobado por la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos. Además, según han informado las empresas productoras, el país norteamericano “podría adquirir hasta 500 millones de dosis adicionales”.
El secretario de Salud de Estados Unidos, Alex Azar, ha declarado que este acuerdo “amplía las posibilidades de tener una vacuna segura y efectiva tan pronto como a final de año”. Este no es el único antiviral que se está desarrollando. Hasta ahora, la compañía biotecnológica Moderna es la más avanzada. El 27 de julio entra en la última fase de investigación y tras los primeros resultados positivos se ha decidido testarla en más de 30.000 personas voluntarias.
Estados Unido es el país más afectado de la pandemia, con 3.970.908 casos positivos y 143.190 muertes, según los últimos datos de la Universidad Johns Hopkins. El presidente del país, Donald Trump, ha asegurado que la situación sanitaria “empeorará” y ha recomendado a todos los estadounidenses el uso de mascarilla, algo que considera “patriótico”. Un cambio en su política negacionista que se ha visto obligado a tomar ante el aumento descontrolado de las cifras.
En la última rueda de prensa convocada el miércoles, Trump habría culpado a las protestas contra el racismo convocadas tras la muerte de George Floyd del aumento de casos en las últimas semanas. “Los casos comenzaron a crecer entre los jóvenes estadounidenses después de las protestas, que presumiblemente desencadenaron una relajación más amplia de los esfuerzos de mitigación del país”, ha declarado.
Estados como California, Arizona, Florida y Texas son los que mayor aumento de casos están registrando, con cifras récord todos los días. En el mundo, el número de personas contagiadas asciende a 15.250.804 y a 623.897 las muertes.