De los 27 miembros , antes 28 si contamos al Reino Unido, de la UE, algunos son contribuyentes netos, es decir que aportan más fondos a los presupuestos de la Unión que los que reciben en contra partida, y otros, por el contrario son receptores netos de fondos .
España desde hace 4 años es contribuyente neto, es decir que aporta más dinero que el que recibe anualmente. Un dato, en los últimos cuatro años, ha pasado de ser beneficiario a ser contribuyente neto al presupuesto de la Unión Europea. En 2019, en concreto, aportó 1.376 millones de euros más de lo que recibió y resulta que en los últimos cuatro años el balance financiero con la UE es negativo en 5.181 millones. Es decir, pagó más de lo que recibió.
Además, en términos absolutos, España es el quinto país que más fondos aporta a la financiación de la UE, después de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia, o el cuarto si eliminamos ya al Reino Unido de esta lista, y siempre por delante de un país “frugal” como Holanda.
Por otro lado, decir, que los acuerdos que se toman en el Consejo Europeo cuando no hay consenso, se hacen por mayoría cualificada o simple en función de los temas tratados, pero nunca es una condición obligatoria que se tengan que adoptar por unanimidad. Precisamente esto es lo que pide el representante holandés Mark Rutte para el caso del fondo de recuperación. Este represente frugal quiere imponer esta norma, ya que de esta manera, un pequeño país como este, podría vetar ciertos acuerdos o incluso imponer condiciones a las políticas económicas internas de otros países miembros. Se habla de que Holanda quiere exigir a los países más afectados por la pandemia y por lo tanto más necesitados de financiación para salir de la crisis económica, como Italia y España, reformas en el mercado de trabajo y en el sistema de pensiones.
Recordar que el país de los tulipanes, es, al igual que España, contribuyente neto al presupuesto europeo, pero a diferencia de nuestro país, tienen un superávit por cuenta corriente en los intercambios comerciales en el mercado común. Es decir, que muchos de estos países contribuyentes sacan un pingue beneficio al poder vender sus productos y servicios a países del sur de Europa. Está claro, para Mark Rutte la UE solo le interesa como mercado y no como una unión de estados solidarios entre sí. Son meros mercaderes.
Puede que después de finalizada esta cumbre, sea el momento de empezar a sondear a ciertos líderes europeos sobre la posibilidad, al igual que no todos los estados de la UE están dentro de la unión monetaria o en el acuerdo de Shengen, de crear algunas asociaciones o uniones de Estados más restringidas con el fin de avanzar en el proceso de cohesión política y social que los países insolidarios llevan décadas torpedeando. Un ejemplo de insolidaridad siempre lo fue el Reino Unido, lo mejor que nos ha podido pasar es su reciente abandono de la Unión.
Abogo por unos Estados Unidos de Europa en donde existan políticas: económicas, financieras, tributarias, de cohesión social, de pensiones, de derechos y obligaciones laborales, de defensa y seguridad comunes, con un verdadera política exterior propia e independiente.
No es una utopía, si queremos que Europa tenga voz propia frente a potencias globales como Estados Unidos, China o Rusia, si queremos poder hacer frente de manera solidaria a las diferentes amenazas de todo tipo que nos depare el futuro, solo podemos hacerlo desde una verdadera unión. Empecemos poco a poco, con países como Alemania, Francia, Italia, Portugal y por supuesto España, para avanzar en la integración. Europa lleva estancada más de 30 años. Es el momento para dar un salto cualitativo en la Unión Europea o pasar a la irrelevancia política e incluso económica en el tablero internacional. Los países gobernados por políticos liberales, conservadores y ultranacionalistas, siempre han sido un lastre para la construcción de una verdadera Europa Unida, e incluso líderes de la derecha como Merkel o Macrón ya son conscientes de que Europa tiene que afianzarse como potencia global o de lo contrario los diferentes países europeos, individualmente serán “absorbidos” por otras potencias globales, ya veréis, por ejemplo, como Inglaterra pasar a ser con el tiempo, de facto, un miembro más de los Estados Unidos de América.
La manera de abordar la recuperación de la crisis pandémica en Europa depende nuestro futuro como unidad política. Es un oportunidad que no podemos volver a desaprovechar, la Europa solidaria y unida es necesaria para preservar los derechos de los europeos y para equilibrar las tensiones entre China, Rusia y Estados Unidos.
Señor Rutte, y acólitos, son ustedes libres de no querer ser europeos pero no impidan que otros lo seamos.