El pasado 25 de marzo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el compromiso de su Ejecutivo de ofrecer la máxima transparencia en la gestión de la pandemia de la Covid19. Para ello, dijo que una vez por semana, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, comparecería en la Comisión de Sanidad de la Cámara Baja para relatar todas las medidas asumidas. Desde entonces, Illa ha participado en dicha comisión alrededor de una docena de veces en las que, en muchas ocasiones, ha tenido que enfrentarse a los argumentos de los portavoces criticando su gestión y a los ataques desaforados de una derecha y extrema derecha despiadada durante los momentos más difíciles de la crisis sanitaria. Para el recuerdo quedan sus palabras sobre “predecir el pasado” de la portavoz popular; o su decisión de reunirse con futbolistas para concienciar a los jóvenes. Este pasado miércoles, el ministro compareció por última vez tras el final del Estado de Alarma y lo hizo con la misma elegancia y altura política que le ha acompañado durante estos meses. Así, les dedicó unas cariñosas palabras a todos y cada uno de los portavoces parlamentarios. Se ganó, una vez más, el aplauso de todos y su actitud debe servir de ejemplo de buen hacer en la política española.
Hace tan solo unos meses, el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, minusvaloraba el ministerio de Sanidad y rechazaba el ofrecimiento de Pedro Sánchez de hacerse cargo de este departamento. Fue una de las causas del fracaso de las negociaciones entre el PSOE y UP para conformar un gobierno de coalición que nos llevó a una repetición electoral.
Curiosamente, el hoy titular de Sanidad, el secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, es probablemente el político más conocido de España, por detrás del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. También es uno de los más valorados. En estos meses, ha liderado la respuesta española a la pandemia del coronavirus y ha asumido el mando único durante el Estado de Alarma, junto al jefe del Ejecutivo.
En todo este tiempo la ciudadanía ha podido conocer a un político de una altura inimaginable. Su templanza, sus horas de trabajo, su discurso moderado, su forma de explicar las cosas… le han hecho ganarse el respeto de todos. Incluso de aquellos que le critican por sus decisiones y su gestión.
Este pasado miércoles, Salvador Illa acudía por última vez a la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados para dar cuenta de las más recientes medidas puestas en marcha en relación al coronavirus. Y en su intervención final tuvo tiempo de agradecer uno a uno de los portavoces políticos su compromiso y sus aportaciones.
“No sé si es habitual o no, espero no tener ningún problema”, espetó el titular de Sanidad. Y comenzó sus agradecimientos individualizados, incluso a aquellos que, literalmente, le han maltratado públicamente y le han acusado de ser el último responsable de todas las muertes ocasionadas por la Covid-19.
A Juan Luis Steegmann, portavoz de Vox, le dijo “El médico que lleva usted dentro me ha enseñado cosas y se lo quiero agradecer”.
A Concepción Gamarra, del PP, también le dedicó unas amables palabras, a pesar de sus continuos choques “La alcaldesa que lleva dentro con la que me reconozco porque vengo del mundo municipal ha impregnado muchas de sus intervenciones. Muy pegada al terrero y se lo quiero agradecer”.
Al representante del PNV le dijo “le quiero agradecer el tono constructivo y la sensatez".
Por su parte, al portavoz de Ciudadanos, Guillermo Díaz (Cs) le agradeció su actitud y le dijo que "he visto en usted una permanente actitud de querer ayudar y lo quiero destacar, he visto unas ganas de utilidad".
De Concep Cañadell del Grupo Plural, destacó el ministro que “he visto en sus actuaciones una actitud muy municipalista, muy de alcaldesa, muy de pensar en el siguiente paso”.
A los tres diputados de ERC que han estado en la Comisión en distintos momentos, Gabriel Rufián, Pilar Valluguera y Ciuró Eritja les dijo que “siempre en sus intervenciones ha habido alguna propuesta. Ha habido momentos de crítica acerada, pero siempre alguna propuesta”.
A Rafael Mayoral, de Unidas Podemos destacó “su vehemencia porque es un valor también, es una prueba de que en la política también hay pasión. La vehemencia es la prueba de la sinceridad y en política un puntito de pasión está bien”.
Y, por último, “a los míos”, a la diputada socialista Ana Prieto les dijo “quiero agradecer el calor de los suyos, me he sentido muy apoyado”.
SALVADOR ILLA YA SE GANÓ EL RESPETO PÚBLICO DEL PRESIDENTE SÁNCHEZ
De entre los muchos reconocimientos que se ha ganado el ministro Illa en estos meses, destaca el que le dedicó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado 1 de junio.
Sánchez afirmó que “Salvador Illa nunca ha fallado, ni ha desfallecido. Si cada uno en la soledad de su casa ha sentido momentos de desaliento, de zozobra, pueden imaginarse lo que habrá pasado por el ánimo del máximo responsable de nuestra Sanidad. Pero siempre se ha mantenido, y es lo que me gustaría subrayar, sereno y firme. Siempre ha dialogado y cooperado; nunca ha escurrido el bulto ni ha culpado a nadie (…) Ha soportado las peores descalificaciones, los insultos más mezquinos. Y jamás ha perdido la compostura ni se ha permitido una sola mala palabra. Jamás ha caído en la provocación. Ni una sola vez”.