Luis Javier Santos Díaz, juez del juzgado de lo Penal número 1 de Córdoba, ha condenado a los miembros de “La Manada” a 18 meses de cárcel sumándoles una condena por delito contra la intimidad de un año y cuatro meses. El magistrado del caso ha decidido tomar como prueba válida los dos videos que el conocido como “El Prenda” grabó en el momento de los hechos. Los autores de los hechos son los mismos jóvenes sevillanos que ya fueron condenados por el controvertido caso ocurrido durante las fiestas de San Fermín en Pamplona en 2016. En aquella ocasión, una primera sentencia les condenó por abusos sexuales, pero fue revisado en un tribunal superior que tipificó los hechos como violación.
En mayo de 2016, cuatro miembros de un grupo conocido como “La Manada” abusaron sexualmente de una joven de 21 años en la localidad de Pozoblanco. Dos meses después, el mismo grupo, con un miembro más, volvieron a cometer este mismo delito contra otra joven de 18 años en las fiestas de San Fermín en Pamplona”.
Finalmente, los hechos de Navarra acabaron con una condena a 15 años de cárcel, a los que tendrán que sumar ahora los 18 meses a los que se les condena por delito contra la intimidad y abuso sexual de la víctima de Pozoblanco.
Tras su detención, los integrantes de la banda no mostraron ningún tipo de impedimento a la hora de entregar sus teléfonos móviles, donde la Policía Foral de Navarra halló varias conversaciones y vídeos de pocos segundos, donde se veía cómo la joven se encontraba inconsciente en el coche de estos individuos y como éstos se burlaban de su estado, metiéndola mano y besándola mientras la joven no mostraba ninguna reacción por el estado en el que se hallaba.
Los videos han sido la prueba definitiva para que el juez dictamine este mismo día la condena final para los 4 integrantes de “La Manada”.
Las condenas dictaminadas por el juez, Luis Javier Santos Díaz
Hasta ahora, tal y como han comunicado otros medios, la pena más elevada será para José Ángel Prenda, cuya condena será de 3 años de prisión por un delito contra la intimidad más un año y seis meses por agresión sexual. El Prenda, en la última sesión del juicio, recordemos que declaró que él fue el autor principal de los videos y que el resto de imputados no sabían de la difusión de esos vídeos a los grupos de Whatsapp.
Ante esta declaración, el juez sigue considerando que los 4 integrantes cometieron un delito contra la intimidad, por lo que Alfonso Cabezuelo deberá cumplir una condena de un año y cuatro meses de cárcel más un año y seis meses por abuso sexual. Además, deberá pagar una multa por las lesiones que ocasionó a la víctima.
Asimismo, los otros dos miembros, Manuel Guerrero y Jesús Escudero han sido condenados a un año y cuatro meses de cárcel por delito contra la intimidad y un año y seis meses más de prisión por abuso sexual.
La Fiscalía ha reclamado 6 años más por un delito continuado de abuso sexual y un delito contra la intimidad. Además, la acusación particular pide una orden de alejamiento por cinco años y un año de libertad vigilada.
Según ha informado “El Confidencial” los cuatro miembros de la “La Manada” deberán indemnizar a la víctima de Pozoblanco con 13.000 euros.
Declaraciones de la joven de Pozoblanco
Durante el juicio, a la joven se le tomó declaración tras un biombo y a puerta cerrada, evitando el contacto visual con los acusados. La joven de Pozoblanco, declaró de manera clara y concisa que sabía de la existencia de un vídeo pero tenía miedo a que nadie la creyese.
La joven de tan solo 21 años ha contado los hechos ocurridos desde el momento que se montó en el coche con Alfonso Jesús Cabezuelo para que la llevase a casa y en el que tan solo recuerda despertarse en ese mismo coche con la ropa rasgada, “estaba en el asiento de atrás del coche, completamente desnuda, con las medias rotas y quitadas. Alfonso iba conduciendo” declaró la joven. Siguiendo con la declaración, la víctima matizó que al despertarse y ser consciente de la situación, se vistió y se puso en el sitio del copiloto, cuando Alfonso Jesús Cabezuelo le propone “que se la chupe”, momento en el que ella se niega y el acusado la echa del coche gritándola “puta”.
Tras la presunta violación, la joven llamó a un amigo al ver que su cuerpo estaba amoratado y éste le dijo que tenía que denunciar. La joven estaba confusa ya que sentía que nadie la iba a creer hasta que la Policía Foral de Navarra la hizo saber de la existencia de los vídeos y decidió denunciar.