Tras la crisis económica del 2008, la Unión Europea y su respuesta a la misma, cosecharon el rechazo de muchos ciudadanos y la desafección hacía las instituciones europeas llegó a cotas nunca antes vistas. Ahora, sin embargo, parece superarse el euroescepticismo y los europeos creen que Bruselas debe gozar de más poderes para afrontar crisis como el Coronavirus. Así lo indica una investigación llevada a cabo en 21 países. La mayoría de los participantes aseguraron que algunos países miembros de la UE no mostraron la solidaridad que se necesitaba; y más de la mitad de los encuestados reconocieron haber sufrido problemas financieros lo que les obligó a pedir ayuda. Para todos, la prioridad de la UE debería ser garantizar suministros médicos en todos los Estados miembros.
Este jueves, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentó en el Parlamento Europeo el denominado "next Generation UE", que supondrá aprobar el presupuesto plurianual de la Unión más elevado de su historia. El objetivo es liberar alrededor de 750.000 millones de euros destinados a los países más afectados por el coronavirus. Es un proyecto esperado por muchos países europeos, entre ellos España, que ha visto parte de sus demandas satisfechas con el anuncio del Fondo de Reconstrucción.
Decisiones como esta hacen que los 300 millones de ciudadanos europeos vuelvan a confiar en las instituciones europeas tras la desafección de años atras, cuando la respuesta a la crisis del 2008 fuese en el sentido contrario al que ahora se transita. Así se desprende de una encuesta europea que revela que “para la mayoría de los ciudadanos europeos, la UE debería tener más competencias para afrontar crisis como la pandemia del coronavirus”.
El estudio se llevó a cabo entre el 23 de abril y el 1 de mayo de 2020. Se encuestaron a más de 21.804 personas de 21 Estados miembros de la UE. Lituania, Estonia, Letonia, Chipre, Malta y Luxemburgo fueron los que quedaron afuera. Es un análisis que permitió conocer cuál es la visión que tienen los ciudadanos europeos sobre a las estrategias conjuntas adoptadas por el bloque europeo.
El estudio evidenció que más de la mitad de los encuestados cree que los países de la UE no se mostraron del todo solidarios durante la pandemia. Cabe recordar las disputas y desacuerdos por los que atravesaron los países del norte y el sur de Europa para determinar una estrategia conjunta para enfrentar al coronavirus. Meses atrás, el mismo Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, remarcaba la importancia de superar diferencias y establecer acuerdos comunes.
Pero los acuerdos finalmente llegaron. Primero con un paquete de medidas económicas para afrontar de forma rápida la crisis sanitaria, y después con las medidas a medio y largo plazo. Las 27 naciones de la UE tomaron una de las decisiones conjuntas más importantes de su historia: brindar las garantías necesarias para una planificación presupuestaria de 1.85 billones de euros, el monto más elevado desde su creación. De aprobarse el dinero sería administrado por la Comisión Europea durante los próximos siete años. Se cree que las negociaciones para concretar el acuerdo se extenderán hasta mediados de año. Periodo en el cual Alemania asumirá la presidencia rotativa de la Unión.
Las noticias del trabajo de los representantes de la UE estuvieron en la agenda de los medios. Desde el confinamiento, muchos seguimos de cerca este proceso. De hecho, el 74% de las personas que se encuetaron aseguraron estar al tanto de las acciones de la Unión Europea, pero solo el 42% se mostró satisfecho. El estudio reveló que el 69% de estos ciudadanos europeos cree que "la UE debería tener más competencias para hacer frente a crisis como la pandemia de coronavirus". En contraposición el 22% no está de acuerdo con esta afirmación.
Portugal e Irlanda fueron los territorios donde se identificó el mayor porcentaje de ciudadanos a favor de otorgar más competencias a la Unión Europea. El primero, protagonista por controlar la propagación del virus y por haber conseguido un acuerdo ejemplar entre las fuerzas políticas locales para enfrentar el coronavirus; el segundo por haber desatendido al Gobierno de Boris Johnson y haber aplicado medidas inmediatas que le permitió controlar el impacto del virus. Por otro lado, las encuestas de Chequia y Suecia reunieron niveles más bajo de aceptación en esta idea.
Al ser consultados por las estrategias adoptadas ante la pandemia, los ciudadanos europeos encuestados explicaron que “la prioridad de la Unión Europea debería ser garantizar suministros médicos suficientes para todos los Estados miembros”. Además, muchos aseguraron que para la organización debería ser prioridad invertir fondos en la comunidad científica para desarrollar una vacuna y tratamientos contra el virus. En este sentido, España es un ejemplo a seguir, puesto que inmediatamente creo y ejecutó un fondo exclusivo para llevar adelante más de 124 investigaciones simultáneas en todo el país.
Además de reclamar más poderes y coordinación para la Unión Europea, más de la mitad de los ciudadanos (el 57%) “está descontento con el estado actual de solidaridad, incluido un 22% que no está “para nada” satisfecho”. Esta observación es entendible si tenemos en cuenta que, en marzo, cuando el pico del índice de propagación golpeaba con fuerza, muchos países paralizaron las exportaciones de suministros y materiales sanitarios para asegurar su demanda. Entre ellos Alemania, nación que interrumpió el envío de mascarillas a Italia en el peor momento. Restricción que a las semanas fue suspendida.
Estas noticias tomaron mucha relevancia en los países del sur que sufrían con más intensidad el paso del coronavirus. Por ello también es comprensible que los encuestados de Italia, España y Grecia fueran los más descontentos, seguidos por los ciudadanos de Austria, Bélgica y Suecia.
Solo un tercio de los encuestados (34%) se declara satisfecho con las medias solidarias que tomaron los países europeos. Las tasas más altas se registraron en las respuestas obtenidas en Irlanda, Dinamarca, Países Bajos y Portugal.
El Estudio también reflejó que Unión Europea tiene una comunicación efectiva. Tres de cada cuatro encuestados aseguraron haber escuchado, visto o leído información sobre las acciones que implementó en respuesta a la pandemia. El 33% aseguró que sabe exactamente cuáles son estas medidas. Sin embargo 52% de todo ellos están insatisfechos con las medidas.
Problemas financieros
Más de la mitad de los encuestados aseguran que el coronavirus impacto de manera negativa en sus finanzas personales, la mayoría ciudadanos de Hungría, Bulgaria, Grecia, Italia y España. Muchos perdieron de ingresos (30%), quedaron desempleados (23%), se vieron obligados a utilizar sus ahorros (21%), no llegaron a pagaron el alquiler, las facturas o al banco (14%), o bien debieron reducir la calidad de su alimentación (9%). Uno de cada diez solicitó dinero a familiares o amigos, y el 3% del total de los encuestados quedó en quiebra.
Solo en España el coronavirus dejó a cuatro millones de personas con sus contratos de trabajo suspendidos. Esta semana la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, anunció contracciones del 8% y el 12% en las economías de la Eurozona, "creo que el escenario suave, con una caída del PIB del 5% en 2020 ya está anticuado", aseguró.
En tanto la situación es muy diferente entre los encuestados en Dinamarca, los Países Bajos, Suecia, Finlandia y Austria. Más de la mitad de los encuestados de estos territorios aseguran que no han experimentado problemas de dinero.
La encuesta
La encuesta fue realizada por la empresa Kantar líder mundial en estudios de mercado, investigación y análisis. En la actualidad la organización “trabaja para más de la mitad de las compañías que aparecen en el top 500 de la revista Fortune”, según la información que cuelga en su web.
La recolección de datos se llevó a cabo entre el 23 de abril y el 1 de mayo de 2020. En total se encuestaron a 21.804 personas de entre 16 y 64 años. “La representatividad a nivel nacional está garantizada por las cuotas de género, edad y región”, aseguran.
Los resultados finales de la investigación serán publicados por el Parlamento Europeo en junio de 2020.