Las diferentes localidades italianas están presionando al presidente del Consejo de Ministros de Italia, Giuseppe Conte, para agilizar el proceso de reapertura de los restaurantes. Por otro lado, la provincia autónoma de Bolzano se salta las normativas de la capital y abre sus restaurantes y comercios.
En Italia ya han empezado al igual que en España con el plan de reapertura de los establecimientos para la vuelta a la normalidad después de la crisis del coronavirus. En cuanto a sus restaurantes, la mayoría siguen cerrados y continuarán así hasta el 1 de junio, sólo están sirviendo comida para llevar.
Sin embargo, en la provincia autónoma de Bolzano, después de dos meses cerrados, los bares, peluquerías, centros de belleza y museos han empezado a abrir sus puertas saltándose las normas establecidas en la capital. El presidente, Arno Kompatscher, ha indicado que “después de que Roma no haya escuchado durante semanas las solicitudes de una diferenciación regional de las medidas hemos decidido emprender nuestro camino legislativo autónomo”.
La provincia reclama sus condiciones como provincia autónoma en la región de Trentino-Alto Adigio, en el que se les permite tomar este tipo de decisiones. Por otro lado, Giuseppe Conte ha “impugnado la ordenanza”.
El tribunal de Catanzaro ha apoyado al Gobierno central bloqueando la ordenanza calabresa. El ministro de Asuntos Regionales, Francesco Boccia, ha señalado que “la seguridad de los lugares de trabajo para empleados y ciudadanos es nuestra principal prioridad. No es el tiempo de divisiones, de protagonismo y de individualismo”.
Por este motivo, el país italiano está viviendo estos días un
enfrentamiento entre algunas regiones y el Gobierno Central. Las localidades donde el coronavirus ya está más controlado solicitan que se abran los comercios. Como respuesta a estas solicitudes ciudadanas, Conte indicó en una entrevista con el
Corriere della Sera “la posibilidad de anticipar la reapertura de bares, restaurantes y peluquerías en algunos territorios al 18 de mayo”. Además, añadió que “estamos recogiendo los datos de la última supervisión y con los expertos estamos definiendo reglas claras sobre la seguridad para trabajadores y clientes. Si en el plano epidemiológico la situación permanece bajo control, podremos acordar con las regiones algunas anticipaciones. Lo importante es proceder sobre la base de monitoreos puntuales, porque pagaríamos costes enormes por las imprudencias”.