Ruy Díaz de Vivar, Sidi, para sus soldados y para sus enemigos, es el personaje central de la encomiable novela de Arturo Pérez- Reverte, titulada de igual manera, Sidi, publicada por Editorial Alfaguara en numerosas ediciones desde 2.019.
Pérez-Reverte es miembro de la Real Academia Española y autor de numerosas novelas de fama mundial, que han sido traducidas a muy distintos idiomas y leídas por millones de lectores.
Sidi es el apelativo que empiezan a darle sus soldados castellanos a Ruy Díaz, y después sus aliados musulmanes y enemigos de ambos bandos, así como amigos, condes y reyes contemporáneos suyos, tras su recurrente éxito ganando batallas.
Algunas de las características de esta versión de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, legendario héroe del siglo XI, que vivió de 1.048 a 1.099, son:
- a) presenta un lado humano muy realista de esta figura épica, de este soldado de fortuna que tuvo una controvertida existencia, matando a su futuro suegro en torneo y haciendo jurar a su rey Alfonso VI de León, que no había tomado parte en la muerte de su hermano, el rey Sancho II de Castilla, adentrándonos en sus sentimientos y resoluciones.
- b) los personajes que le rodean son históricos y ficticios en un tramo de la juventud de Ruy Díaz, que ya ha dejado a su mujer y a sus dos hijas en un monasterio castellano, y parte con sus huestes, conseguidas a partir de jóvenes de su aldea y de los que le admiran por su valor en aldeas de León y de Castilla, hacia cualquier condado o reino que quisiera pagarle, a él y a sus soldados, por conquistar nuevas tierras.
- c) la descripción del ambiente bélico en los territorios de frontera entre los reinos moros, castellanos, navarros y aragoneses resulta magistral. Valga para mostrarlo esta fotografía literal de la página 179:
” Rostros morenos, barbas, turbantes, ojos oscuros y coléricos. Algunos tenían las espadas fuera de la vaina, y sus hojas relucían bajo el sol polvoriento. Ruy Díaz los miró sereno, con dureza. Procuraba que nada en su apariencia delatase la tensión que crispaba cada músculo de su cuerpo. Era consciente de que si alguno de aquellos hombres, más furioso o decidido que otros, alzaba la espada contra él todos le irían encima como jauría de lobos”.
- d) el marco geográfico dibuja tierras de la península ibérica de hace mil años con una precisión que conmueve. Leamos, para comprobarlo, la página 243:
”Tenían en el suelo otro mapa trazado por Fray Millán: crestas de montañas y Barbastro al norte, Monzón y el camino que iba más allá, hacia Tamarite y Almenar. Por allí vendrían las tropas del rey de Lérida para unirse a las del rey de Aragón. Y por Balaguer, llegado el caso, los francos de Berenguer Remont”
- e) en una novela la trama ha de cautivar al lector, la descripción o narración se debe combinar con el diálogo, los adjetivos han de ser precisos y el marco histórico debe tener visos de realidad, objetivos todos que ésta cumple con creces.
Leamos la pagina 36:
”La mayor parte eran hombres de frontera, curtidos en algaras y escaramuzas, de los que sabían las cosas por haberlas visto, no porque se las contaran. La prueba de que las habían aprendido es que seguían vivos. Y no se trataba de incursiones para hacerse con algún moro descuidado y un par de vacas: buena parte de ellos había lidiado en batallas serias, en aquella España incierta de confines inestables, poblada al norte por leoneses, castellanos, gallegos, francos, aragoneses, asturianos y navarros, que unas veces combatían entre ellos, cambiando los bandos según soplara el viento, y otras lo hacían contra los reinos de moros, lo que no excluía alianzas con estos últimos, para, a su vez, combatir o debilitar a otros reinos o condados cristianos”
- f) apreciamos el empleo de sustantivos medievales , que encuadra perfectamente la vida cotidiana de las tropas: algara, espolonada, gambesón, yelmo, hachón, mojarra, barbuquejo, arzón, loriga, aceifa, etcétera, muy en relación con la indumentaria del caballero y del caballo, animal que es fiel compañero del soldado que se lanza a la batalla y medio de transporte milenario.
- g) advertimos en este libro la recreación de un mundo perdido, el de nuestros ancestros, tan similares a nosotros en sentimientos de amor, odio o rencor, en reacciones de miedo, ferocidad y compañerismo, y en necesidades de sustento, amparo y paga.
- h) deleita y sitúa en la época el empleo de términos árabes en nuestra península: rais, Iyeh,yauga, halef belah, nezrani, aaixin,yihad, Sidi Quambitur, La ilaha ilalahu, inshalah,rayah, Alahsahid, yarumi adulah, Assalam aleikum, afaq, Ialah bismilah, alhamamdulih-lah,tebib, bi sahih, inshalah, ant alahaq.
- i) La relación de nombres propios castellanos de la época también nos maravilla: Minaya, Barbués, Yénego Téllez, Diego Ordóñez, Alvar Salvadórez, Pedro Bermúdez, Félez Gormaz, Laín Márquez, Martin Antolinez y Lope Dieguez.
Sidi sumerge al lector en la vida de frontera de mediados del siglo XXI, preparándose y enzarzándose en la batalla cruenta de espada y lanza, en el horror de los heridos y los muertos, presentando también a los distintos personajes en sus noches de insomnio, en sus banquetes de celebración, en sus comentarios diarios y en su camaradería.
Ruy Díaz, el personaje central de esta novela no tiene piedad con el enemigo, pero cuida y defiende a sus soldados.
Es cristiano practicante pero conoce la lengua, la religión y las costumbres de los moros perfectamente.
Respeta los estamentos sociales pero no duda en enfrentarse a cualquier conde o rey, a cualquier jerarca cristiano o moro por una causa que él considere justa.
Es un hombre y un general, un padre y un esposo, un buen camarada y un buen súbdito.
Su oficio es pelear para conquistar nuevas tierras, unas veces, la mayoría, son territorios en poder de reyes moros, pero algunas otras lo son de reyes cristianos.
Comprende las luchas de poder entre los monarcas y sus hermanos y admira el valor de su enemigo.
Trata a pobres y ricos con dignidad. Castiga a los delincuentes, aunque sean sus conocidos, y respeta al general enemigo fuera de la batalla.
Sidi es una novela bélica, pero también una descripción detallada, con certeros adjetivos, del alma de un soldado de fortuna, que vive de su oficio y sabe que cada día puede ser el último que vean sus ojos.
Está escrita con la tensión y ritmo necesarios para interesar al lector, sin empacharlo de la misma escena, alternando días de paz y de guerra, así como escenarios al aire libre y en recintos cerrados.
Supone un acercamiento muy humano al héroe épico castellano, cuya fama atraviesa nuestra historia y nuestra literatura.