Sanitarios, militares, jubilados o voluntarios conforman estas legiones de identificación, rastreo y contacto. Con llamados telefónicos y una serie de preguntas se localiza a los posibles contagiados para hacerles pruebas y, de ser necesario, brindarles tratamiento.
Gobiernos de todo el mundo crean ejércitos para rastrear a las personas posiblemente infectadas de coronavirus. En muchos casos estas brigadas ya están trabajando con sanitarios, militares, jubilados o voluntarios. Los países utilizan desde entrevistas, rastreos de teléfonos, GPS, registros de tarjetas de crédito a filmaciones de cámaras de vigilancia para armar mapas de propagación.
En Bélgica, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Irlanda y Corea del Sur ya se desplegaron estas fuerzas. Con una legión de rastreadores telefónicos y una serie de preguntas específicas se busca localizar a posibles contagiados para hacerles pruebas y tratarlas sanitariamente, en el caso de que sea necesario. Para las autoridades este trabajo es clave para detener y prevenir la propagación de una enfermedad y evitar oleadas futuras.
En Bélgica el Gobierno contratará a 2.000 personas para investigar casos sospechosos de coronavirus. Conformarán centros de llamadas desde donde hablarán a personas que tienen el virus, averiguarán con quién han estado en contacto y luego notificarán a las personas que creen que lo han contraído. Los identificados por los rastreadores de contacto serán evaluados, si dan positivo, serán puestos en cuarentena durante dos semanas. En el país las autoridades federales desarrollan aplicación para realizar el mismo trabajo.
"Para cada persona recién infectada, el investigador los contactaría preguntándoles con quién han estado en contacto durante los últimos 14 días", ha explicado Gilles Vanden Burre, un parlamentario ecologista belga, a Euronews: "Después de eso, la persona del centro de llamadas llamará a estas personas para decirles: "Usted ha estado en contacto con alguien que dio positivo por Covid-19 hoy, por lo que recomendamos una serie de cosas". Sin embargo, nunca se da el nombre de la persona"
En Estados Unidos estiman que serán necesarios 300.000 personas para rastrear a los posibles contagiados mínimamente efectivo. Actualmente cuenta solo con 2.200 especialistas en investigación de enfermedades, según un informe de la Asociación de Funcionarios Estatales y Territoriales de Salud (ASTHO), pero todos los Estados anunciaron que contratarán más personal.
En Dakota del Norte, por ejemplo, las autoridades están reclutando personal sanitario en la reserva, estudiantes de últimos cursos y militares para convertirlos en rastreadores.
En la actualidad Nueva York cuenta con un equipo de 500 rastreadores que ya están trabajando. Con 312.977 contagios y 24.198 muertos por el Covid-19 el Estado es el epicentro mundial de la pandemia. Su gobernador Andrew Cuomo, reconoció que necesitan contratar miles de rastreadores más, al menos 30 rastreadores por cada 100.000 casos positivos. San Francisco también ha lanzado un programa piloto con 250 trazadores, mientras que Massachusetts ha anunciado que contratará alrededor de 1.000.
Por otro lado, en Irlanda un equipo de 200 trazadores ya contactó a más de 60 mil personas. Todos allegados a enfermos de coronavirus. Según las autoridades, se realizan 2.000 llamadas al día desde nueve centros de rastreo en todo el país, cifra que intentarán aumentar hasta 5.000 llamadas por día. Los rastreadores incluyen Cadetes de la Fuerza de Defensa.
Alemania ha anunciado la creación de 105 equipos móviles financiados por el Ministerio de Sanidad para realizar rastreos. El asesor del Gobierno, Christian Drosten, aseguró que tienen pruebas de que "casi la mitad de los contagios sucede antes de que la persona que contagia desarrolle síntomas y las personas están infectadas un mínimo de dos días antes de desarrollarlos". Y argumentaba: "Eso significa que los expertos en trazar contactos y que trabajen junto a los pacientes para identificar a aquellos con quienes han estado en contacto corren una carrera contra el tiempo”.
Según la política de seguimiento de contactos de Alemania, cada persona que ha entrado en contacto con un paciente infectado en las últimas dos semanas es rastreado y examinado. Alemania también ha elegido una aplicación de teléfonos inteligentes de cosecha propia, desarrollada para el Instituto Robert Koch, para rastrear infecciones.
En el Reino Unido, el Gobierno contratará a 18.000 rastreadores de contactos. Además, aspira a convencer a la población de que descargue y use una nueva aplicación contra la covid-19 para realizar la misma tarea. Cuando se identifican posibles infecciones y se mapea la red de contactos, hace falta que se puedan hacer tests; serán críticas para determinar si se está gestando una segunda o tercera ola de infecciones concentradas. "Al mirar hacia el futuro, esto es fundamental para mantener el virus bajo control", ha afirmado Matt Hancock, secretario de Sanidad británico.
En Francia se utilizarán equipos móviles para rastrear los contactos de las personas infectadas con el coronavirus, pero no han especificado cuántos rastreadores de contactos tiene actualmente. El país aspira examinar a 700.000 personas por semana. Las personas infectadas con el virus son puestas en cuarentena en sus hogares o en instalaciones específicas como hoteles.
En Corea del Sur, donde los totales diarios de casos nuevos han sido en su mayoría más bajos que el día anterior desde finales de febrero, las autoridades han rastreado rigurosamente los movimientos de un individuo después de dar positivo. Lo han hecho a través de entrevistas, rastreo de teléfonos GPS, registros de tarjetas de crédito y filmaciones de cámaras de vigilancia. Una vez que se identifican los posibles portadores de virus, se les hacen las pruebas.
Los datos anónimos que muestran los movimientos del paciente también se publican online, lo que permite a otros identificar si pueden haber entrado en contacto con una persona infectada.
Singapur y Hong Kong también han propugnado las pruebas y el rastreo de contactos, y han tenido tasas de mortalidad relativamente bajas hasta ahora. La Organización Mundial de la Salud dice que debería ser la "columna vertebral de la respuesta" en todos los países.