El objetivo es dar respuesta a la capacidad de detención precoz del virus, el aislamiento de nuevos casos sospechosos y confirmados, así como la vigilancia y diagnóstico de los contactos estrechos, que constituyen el eje central para poder acometer la fase de transición con la máxima garantía. Este nuevo modelo de detección de contagios del Covid-19, rápido y efical, se inscribe en el Plan para la Transacción hacia una Nueva Normalidad que aprobó el Consejo de Ministros el pasado martes 28 de abril, y que ha dado a conocer el ministro de Sanidad, Salvador Illa este martes.

Para poder ejecutar este plan, será indispensable reforzar la capacidad de detención a través de la Atención Primaria, mediante pruebas PCR u otras técnicas equivalentes de diagnostico y que los centros de salud realicen una labor de vigilancia e identificación de todos los contactos estrechos. "Las comunidades autónomas deberán reforzar las capacidades en Atención Primaria y todos los sistemas de información para que podamos tener una adecuada transmisión de datos", ha indicado Illa.

Los sistemas de vigilancia epidemiológica deberán suministrar información diaria sobre la evolución de la pandemia para la toma de decisiones, con indicadores nuevos y con un nivel de disgregación detallado el cual permita adoptar reacciones rápidas en caso de que se produzcan repuntes de la enfermedad.

La Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta, en el que colaboran, junto al Ministerio de Sanidad, representantes de todas las CCAA, es el órgano de gestión dependiente de la Comisión de Salud Pública que trabaja y estudia esta estrategia de diagnostico precoz, vigilancia y control.