La Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, compareció ayer en un pleno monográfico para explicar la gestión ante la evolución de la pandemia. Sin embargo, lo más polémico de su intervención, que ha causado el estallido en las redes sociales, ha sido su defensa de los menús escolares encargados por la Comunidad de Madrid a las empresas Telepizza, Rodilla y Viena Capellanes. La líder del Ejecutivo regional ha defendido el modelo de gestión que ha llevado a cabo: “dicen que si yo le daría esta comida a mis hijos. Yo creo que a un niño le den una pizza no es un problema”.
Tan solo un día después de que se decretara el cierre de los colegios en la Comunidad de Madrid, los servicios de catering para aquellas personas que se veían obligados a acudir a la beca comedor, fueron suspendidos. Aquellas personas que tenían que acogerse a la Renta Mínima de Inserción -RMI-, que suponen hasta 11.500 familias, veían como era suspendida una ayuda que permitía a los niños de las clases más desfavorecidas disfrutar de una comida sana y equilibrada al día.
El Gobierno de la Comunidad de Madrid, presidido por el Partido Popular junto a Ciudadanos, decidió encomendar la sustitución de la beca comedor por menús en Telepizza y Rodilla, a la cual después se le sumó Viena Capellanes. Al Gobierno regional cada menú le cuesta cinco euros, siete en el caso de Viena Capellanes. Dicha decisión levantó enormes críticas entre los distintos partidos de la oposición, que rechazaban unas opciones poco saludables y equilibras para los niños más desfavorecidos.
“Los niños que están en sus casas confinados, y hartos de estar ahí, tengan que aguantar los menús que le podrían poner sus señorías de Podemos, que a lo mejor son los de Venezuela, que es nada”, dijo ayer Ayuso en el pleno de la Asamblea. Lejos de admitir las críticas de la oposición, se mostró tajante y defendió el suministro de los menús infantiles por dichas empresas: "Seguramente a ustedes no les guste y no se las hayan comido en la vida pero a los ciudadanos y a los niños... Juraría que al cien por cien de los niños les encanta”.
Los expertos en materia de nutrición también se han mostrado muy críticos con la decisión del Ejecutivo madrileño. Un informe, firmado por 17 nutricionistas, denuncia que la gran mayoría de los productos "son hidratos de carbono de elevado índice glucémico, carnes precocinadas o proteínas de escaso interés nutricional y alimentos de elevada densidad calórica y pocos nutrientes".
Desde la ONG, Save The Children, también han mostrado su descontento con los menús encargados por Ayuso. Desde la organización recuerdan que "en la Comunidad de Madrid, la prevalencia de obesidad o sobrepeso entre los menores de seis años se sitúa en el 27,7%, unos niveles que aumentan en familias de bajo nivel socioeconómico". Son estas familias, de clase social baja, quienes se ven obligados a acudir a las ayudas de la beca comedor.
Y, por si fuera poco, tal y como informa el diario Público, muchas veces los padres y madres de los niños tienen que desplazarse en transporte público hasta el establecimiento a por la comida de los niños, constituyendo un riesgo de contagio por Covid-19. Es el caso de Ángelines Díaz, que según explica a dicho medio: "Lo único que tengo a mano es el Telepizza, aunque el que está más cerca de casa tiene una lista de 300 al día y tengo que ir a otro en autobús a por la comida".
Otras entidades autonómicas como, por ejemplo, la Generalitat Valenciana, han apostado por la creación de unos cheques que sustituyan las becas comedor. Desde la Conselleria de Educación, Cultura y Deportes, a cargo de Compromís, se ha llegado a un acuerdo con la cadena de supermercados Consum, para que aquellas familias que disfrutaban de la beca comedor puedan hacer sus compras dispongan de un cheque en los establecimientos de la cadena. Es una medida que alcanza a 60.000 familias en la Comunitat Valenciana.