Los geriátricos se han convertido en los lugares más afectados por la expansión de la Covid-19. La Comunidad de Madrid parece incapaz de frenar el contagio en estos centros, y los fallecidos ni tan siquiera constan en las cifras oficiales. Estas cifras las pasan las CCAA al Ministerio de Sanidad. Al mismo tiempo que el PP nacional exige al Gobierno cifras transparentes sobre los fallecimientos reales, en la Comunidad de Madrid, su presidenta Díaz Ayuso se ha mostrado incapaz de dar cifras fehacientes, hasta este jueves que ha cifrada en cerca de 4.000 las muertes en residencias desde el último mes en que apareció el Covid19.
Según la entrevista realizada de Isabel Díaz Ayuso en la SER, en un mes normal suelen morir mil personas en las residencias de mayores. Desde el 1 de marzo al 2 de abril, el último día con cifras, se contabilizaron 3.383 decesos, es decir, más del triple de lo habitual (contando dias posteriores alcanzan las 4.000 muertes). Los datos son todavía más crudos si se tiene en cuenta que el 25 de marzo las muertes oficialmente eran de 1.065 ancianos. Es decir, en tan solo una semana se contabilizaron más de 2.000 decesos.
Según informa eldiario.es, la Consejería de Sanidad de Comunidad de Madrid tan solo estaría contabilizado como fallecimientos por coronavirus aquellas muertes que se producen en los hospitales, dejando de lado las cifras de aquellos que mueren en los procios centros. Desde la Consejería se han negado a responder a las preguntas de este medio acerca del tema en cuestión.
Según la Consejería de Políticas Sociales, de los ancianos internados en residencias que han fallecido “solo 627 lo hicieron en hospitales”. Los datos, por tanto, indican que muchas víctimas se quedan fuera del conteo oficial. Según explica el Ministro de Sanidad, Salvador Illa, las cifras que hace públicas el Ministerio incluyen a las personas que son testadas positivamente. Consecuentemente, quedan fuera “quienes han perdido la vida por causas que son sospechosas de ser compatibles con la Covid-19 pero a las que nunca se les realizó un test diagnóstico”.
Desde la Consejería quieren recalcar que el aumento de los fallecimientos en las residencias no puede atribuirse únicamente a la Covid-19. El aumento de la presión asistencial en las urgencias y las UCIs de los últimos días ha provocado que se dificultase el traslado de los ancianos desde la residencia hasta los hospitales.
Desde el Ministerio de Justicia afirman que ya están trabajando para subsanar los posibles errores en el cuenteo de los fallecidos.