La población mayor está siendo la más duramente golpeada por la expansión de la Covid-19. Las residencias de ancianos de la Comunidad de Madrid, foco de la pandemia en España, están acumulando fallecimiento a un ritmo vertiginoso. La Presidenta de la Comunidad de Madrid, la popular Isabel Díaz Ayuso, cifra ahora los decesos en 3.000 personas en el mes de mayo en los centros geriátricos, independientemente de la causa. Este número choca con los 1.065 fallecimientos oficiales que se anunciaron el pasado 25 de marzo.

“Es muy difícil establecer una cifra exacta pero que, si en un mes normal mueren unos mil ancianos, ahora podemos estar en torno a 3.000” ha dicho la Presidenta Autonómica en una entrevista en la SER. La poca precisión en los cálculos y el baile de cifras da buena cuenta del descontrol que se vive en las residencias de ancianos estos días. La gestión de estas también ha sido motivo de controversia política, ya que Ayuso le quitó las competencias a Ciudadanos, su socio de gobierno.

La Comunidad decretó la intervención en ocho residencias privadas para tratar de atajar el problema. Además, los servicios de la Unidad Militar de Emergencias –UME- han procedido en los últimos días a desinfectar los centros de mayores. La presidenta, además, ha garantizado en su entrevista que “todo el material que ahora ya hemos comprado para esta epidemia, que después no hará falta en los hospitales, quiero que sirva para medicalizar las residencias”.

Sin embargo, desde las asociaciones de familiares y los sindicatos, la situación dista mucho de la tranquilidad que el gobierno autonómico pretende transmitir. Desde el sindicato UGT,entre el 40% y el 60% del personal está de baja en el sector en Madrid