El país germano, pese a tener un número de positivos muy elevados, presenta una tasa de letalidad muy diferente a la de países como España e Italia. Son varios los factores que explican una variación estadística tan pronunciada.
El pasado viernes, durante su comparecencia ante la prensa, Fernando Simón era preguntado por cómo explicaba que en Alemania, con 15.000 casos diagnosticados, hubiera 44 fallecidos y en España, con 18.000, se superasen los 800 muertos. Su respuesta causo revuelo: “No lo puedo explicar. Estamos haciendo esfuerzos por intentar entender lo que está sucediendo en Alemania”, dijo.
Este jueves, 26 de marzo, las muertes en Italia superan ya las 7.500, con casi 75.000 casos diagnosticados. En España se superan las 4.000, con 56.188 positivos contabilizados. Alemania, por su parte, registra 222 defunciones por casi 40.000 casos de contagios detectados. La tasa de mortalidad del primero se cifra en un 10,08 por ciento y la del segundo, en el 7,28. La del tercero, en cambio, es de un escaso 0,56 por ciento.
Ahora, los motivos de tan baja letalidad en comparación con la de sus países vecinos, empiezan a esclarecerse. Estos se podrían resumir en tres factores: mayor esfuerzo en la detección de los casos leves, mayor solidez del sistema sanitario y una polémica metodología a la hora de contabilizar las muertes.
La detección como prioridad
El primer punto es el del calculo de los contagiados. Con la enfermedad completamente descontrolada en Italia y España, a ambos países se les ha hecho prácticamente imposible diagnosticar los casos leves o asintomáticos. Pese a que esta tendencia esté empezando a revertirse, dada la llegada de numerosos tests provenientes principalmente de China, las tareas de detección quedan muy por detrás de las realizadas en Alemania. Según el responsable del instituto alemán Robert Koch, el centro responsable del control de enfermedades, se estarían haciendo hasta 160.000 pruebas semanales. Esto supone 4.000 diagnósticos por cada millón de personas, lo que dista mucho de los 625 análisis por millón que se realizan en nuestro país. Y el país germano ya ha anunciado que la cifra aumentará hasta los 500.000 tests semanales.
Un mayor control en la detección de los casos leves y asintomáticos, además de ayudar en la tarea del distanciamiento social de personas transmisoras de enfermedad, provoca que la ratio de fallecidos, en términos de porcentaje, disminuya. En Italia y España pasa justo lo contrario, una gran cantidad de contagiados que no presentan síntomas preocupantes no entran dentro del cuenteo oficial, al no ser diagnosticados.
Una sanidad sólida que salva vidas
Junto a un mayor esfuerzo en la detección, también emerge la enorme fortaleza de su sistema sanitario. Alemania cuenta con 29,2 camas de Unidad de Cuidados Intensivos por cada 100.000 habitantes. Por poner en contexto estos datos, la media europea está en 11,5. Es, con diferencia, el país de toda Europa con más camas para pacientes en estado crítico. El segundo en esa lista, Luxemburgo, cuenta con 24,8. Y las distancias son mucho mayores si se compara con Italia, con 12,5 camas de UCI por cada 100.000 habitantes, o con España, con solo 9,7.
En cuanto a asistencia respiratoria, el principal factor de riesgo asociado con el coronavirus, el país presidido por Angela Merkel cuenta con 25.000 camas equipadas con sistemas de respiración. Su vecino, Francia, tiene tan solo 7.000 e Italia, el principal foco de la pandemia en Europa cuenta con unas escasas 5.000.
Estas diferencias numéricas explican porque el sistema sanitario alemán está muy lejos del colapso que se vive en los hospitales en España e Italia, lo que asegura una mejor atención a los enfermos y, por ende, una tasa de mortalidad muy inferior.
Voces críticas sobre el cuenteo de los fallecidos
Por último, el punto que más polémica suscita sobre la baja tasa de mortalidad alemana, es su procedimiento en cuanto al conteo de los fallecidos. Según las propias palabras de un portavoz del instituto Robert Kohl: “No creemos que los tests post mortem sean un factor decisivo; partimos del principio de que los pacientes son diagnosticados antes de morir”.
Declaraciones como estas han hecho alzar voces críticas en Alemania que afirman que hay personas, especialmente gente mayor, muriendo de coronavirus en sus casas sin ser diagnosticadas como tales. Según dicen, existe una directriz de asociar sus fallecimientos a patologías previas y no a la Covid-19. Esto supondría que la tasa de letalidad del coronavirus sería, en cierto modo, falseadas, al no reflejar datos que sí se representan en otros países.
Ante estas acusaciones, desde el instituto Robert Koch han querido matizar: "En Alemania se informa de cada muerte en la que se haya detectado el virus". Sin embargo, y según el diario británico The Guardian, pese a que los test post mortem si que podrían estar realizándose, en el descentralizado sistema sanitario alemán, esta no sería todavía una práctica habitual. Como resultado, afirman desde el medio: "es posible que haya gente que haya muerto en sus casas antes de ser sometida al test y que no aparezca en las estadísticas".