Hasta quince nuevas ciberestafas que utilizan el coronavirus como señuelo han sido detectadas por el Centro Nacional de Protección de Infraestructuras y Ciberseguridad (CNPIC). Los ciberdelincuentes “se han adaptado a la situación del coronavirus muy rápido”, según expertos policiales en el tema, y se aprovechan de ello para obtener datos personales y bancarios de las víctimas. Ante la gravedad del asunto, la Guardia Civil ya ha habilitado un canal para denunciar los delitos relacionados: ciberestafas@guardiacivil.org.
Una técnica habitual de los ciberdelincuentes es ofrecer aplicaciones o sitios web que ofrecen información y datos sobre la expansión de la pandemia. Otros dan una vuelta de tuerca más con el reclamo de ofrecer un diagnóstico sobre la enfermedad. A la peligrosidad del robo de información o datos, se le añade el delito contra la salud pública que puede suponer la emisión de falsos diagnósticos. Según los investigadores, no es que se haya producido un incremento de estafadores en la red, si no que estos han visto una oportunidad de negocio aprovechándose del miedo y desconocimiento relacionados con el virus.
Las ciberestafas van desde gusanos que llegan a través de un SMS ofreciendo la compra de mascarillas, troyanos que se quedan con los datos de las cuentas bancarias de los usuarios hasta ransomware, que bloquean los archivos de los equipos y piden un rescate por ellos a las víctimas. Según los expertos del CNPIC, éste último es el más peligroso de todo, por su especial virulencia para con las infraestructuras críticas.
En estos días en los que el teletrabajo es una práctica habitual para miles de españoles, estar prevenidos contra este tipo de ciberdelitos es especialmente importante. Por ello, las autoridades realizan una serie de recomendaciones, como prestar especial atención al remitente de los emails recibidos, evitar abrir los documentos y archivos adjuntos sobre la Covid-19 en los correos electrónicos que se reciban y no descargar e instalar aplicaciones no oficiales.