Hasta 250.000 trabajadores se han visto afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, aplicados desde el 9 marzo. El sector del motor, la industria textil, las aerolíneas y las cadenas de restauración, los campos que más suspensiones van a sufrir.
Los efectos de la crisis económica derivada de la situación provocada por el coronavirus ya se hacen notar. Desde que las primeras restricciones empezaron a aplicarse, a partir del 9 de marzo, hasta el actual estado de alarma, se ha producido una avalancha de ERTEs. Más de 33.000 empresas han solicitado la suspensión temporal del trabajo de una parte de sus empleados.
Dada la entrada en vigor del Real Decreto Ley aprobado por el Consejo de Ministros el pasado martes, los expedientes serán tramitados en un máximo de siete días. En caso de ser considerados de “fuerza mayor”, el plazo se reduciría a solo cinco días. El ejecutivo ha querido dejar claro que solo se considerarán de fuerza mayor aquellos cuya suspensión o cancelación de actividades sean directamente derivados de la aplicación del Estado de Alarma.
Para tratar de proteger a todos aquellos que sufrirán ERTEs, el Gobierno aprobó el conocido como “Plan de choque contra el coronavirus”. En él se eliminó el requisito según el cual había que presentar una cantidad mínima necesaria de tiempo para poder acceder a los subsidios por desempleo. Además, también se modificó la legislación para que las retribuciones no consumieran paro.
Por sectores, uno de los más afectados es el del motor, dado el cierre de las plantas de Volkswaken, Ford o Nissan, entre otras. Una industria que crea 230.010 puestos en España de manera directa. La industria de la moda también se verá golpeada. H&M ha anunciado un ERTE que afectará a más de 6.000 trabajadores y Mango otro a más de 900. La buena noticia para muchos trabajadores es que, tras la presión de los sindicatos, Inditex canceló uno que afectaba a más de 25.000 trabajadores.