Armani llevó a cabo su desfile en la semana de la moda de Milán pero sin espectadores, debido al miedo que está causando el coronavirus. La famosa marca de moda Armani tenía organizado dos desfiles para la semana de la moda en Milán, en los que había 900 invitados. Pero el temor de la ciudadanía del norte de Italia hacia el coronavirus, ha hecho que estos desfiles se celebrasen a puerta cerrada del público. Por primera vez en la historia del modelaje, los modelos han desfilado en una pasarela sin público, sin periodistas, sin compradores y sin famosos invitados. De todas maneras, el desfile se ha emitido en directo a través de Internet.
El coronavirus ya ha causado siete víctimas mortales en Italia, aunque también ha infectado a 151 personas y ha dejado a 10 pueblos aislados para evitar que se propague el virus y se produzcan más contagios.
El diseñador había preparado dos desfiles consecutivos para el domingo 23 de febrero, los cuales contaban con 900 invitados. Pero en el último momento tomó la decisión de que no hubiera público presencial durante su pasarela, debido a la reciente alarma de coronavirus en Italia.
Giorgio Armani volvió a sorprender una vez más a los fanáticos de la moda, debido a que continuó celebrando su desfile de la semana de la moda de Milán a puerta cerrada.
Es la primera vez que los modelos de Armani han desfilado en un escenario completamente vacío, sin asistentes que puedan disfrutar del momento, sin periodistas, sin famosos invitados y sin compradores. Además, los clientes que más consumen en el sector de la moda de lujo son los chinos. El desfile pudo retransmitirse en directo por redes sociales e internet.
En cuanto al desfile, Armani realizó una colección de piezas en la que la seda y el terciopelo fueron los tejidos protagonistas, además de combinar conjuntos sobrios y elegantes, predominó el color negro.
El diseñador apostó por conjuntos de noche de mucho brillo, con toques de rosa, verde azulado y gris perla.
Una de las cuestiones que más destacó fue el homenaje que el diseñador quiso hacer a los héroes de la literatura, en el que plasmó un toque femenino y delicado. Las charreteras y los galones destacaban en las chaquetas con un aire militar abotonadas hasta arriba, mientras que los pantalones se encontraban remetidos en las botas, intentando conseguir una apariencia más marcial.
El diseñador también promovió el camuflaje, aunque de una forma más abstracta y floral, consiguiendo más elegancia en los looks uniformados.
El desfile de Giorgio Armani terminó con la unión
entre el vestuario femenino y masculino, para que de este modo se consiguiese un armario más neutro “bañado por un romanticismo moderado”.