La actual Fiscal General del Estado, Doleres Delgado, ha declarado ante la comisión que debe valorar su cargo que “mal me conocen quienes pueden llegar a pensar que una servidora pública con alma de fiscal puede traicionar principios y convenciones que me han llevado hasta aquí en los últimos 30 años”.

Mientras que el Gobierno quiere que ésta sea la legislatura del diálogo y el acuerdo, la oposición está empeñada en convertirla en la de la crispación y el ruido. Todas y cada una de las decisiones del Ejecutivo serán contestadas desde la triple derecha que conforman PP, Vox y Ciudadanos como si la catástrofe se cerniese en nuestro país. Así ha pasado con el nombramiento de ministros, secretarios de Estado, delegados de Gobierno y también con la decisión de proponer a la ex ministra de Justicia Dolores Delgado como Fiscal General del Estado.

Hace unas semanas, Delgado pasó el trámite del Consejo General del Poder Judicial que debía emitir un informe en el que estudiara si la candidata reúne las condiciones legales que se exigen para el cargo. Y este jueves compareció ante la Comisión de Justicia de la cámara baja, donde debía exponer su dilatado currículum.

La polémica que envuelve a Delgado proviene precisamente de su paso por el anterior Ejecutivo que, a juicio de la oposición, elimina su imprescindible neutralidad para ocupar la Fiscalía General del Estado. Sin embargo, Delgado dejó claro ante sus señorías que con ella la Fiscalía “mantendrá la senda de la defensa radical de su independencia, imparcialidad y autonomía”. Además, afirmó la fiscal que “mal me conocen quienes pueden llegar a pensar que una servidora pública con alma de fiscal puede traicionar principios y convenciones que le ha llevado hasta aquí en los últimos 30 años”.

Sobre su anterior pertenencia al Gabinete de Pedro Sánchez como titular de Justicia, Dolores Delgado cree que “no debe entenderse como una debilidad, sino como una fortaleza”. Además, añade que “no debería llamar la atención ni debería producir desasosiego que quienes nos representan en el poder legislativo, quienes lo hacen en el ejecutivo y quienes desempeñan cargos judiciales o fiscales hayan podido ostentar alguna otra representación”.

La exministra ha recordado que el propio diseño del sistema “preserva la autonomía, la imparcialidad y la independencia de los fiscales”. Y aseguró ante los diputados y diputadas que en sus treinta años de carrera fiscal siempre ha actuado guiada por los principios constitucionales en defensa “de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público”.

En esta misma comparecencia la futura Fiscal General del Estado ha prometido que dedicará más recursos a frenar los nuevos discursos de odio y de discriminación que se están expandiendo de manera peligrosa en la sociedad.

Hizo especial hincapié en la situación que se vive con los menores extranjeros no acompañados, los denominados “menas” y recordó que “son, ante todo, niños y niñas que deben ser protegidos”.

La exministra presentó su proyecto al frente de la Fiscalía y alertó de la necesidad de luchar contra “nuevas amenazas que surgen de la extensión de discursos basados en el odio y la discriminación”. Delgado manifestó que “no dudaremos en dedicar más recurso y esfuerzos en hacer frente a ese discurso” para lo que aseguró que propondrá una mayor especialización de los fiscales.

Otro de sus objetivos prioritarios será reforzar los recursos destinados a luchar contra la violencia de género en un momento en que el Ministerio Público se encuentra “en la mejor disposición de asumir la investigación” de esos delitos.

El portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, se enfrenta a la diputada de Bildu e interrumpe la sesión

Los representantes ultraderechistas de Vox recién llegados a las instituciones siguen sin entender que como representantes públicos deben respetar el buen funcionamiento democrático de dichos organismos.

Durante la celebración de la sesión de la Comisión de Justicia, el portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, interrumpió la sesión sin tener el uso de la palabra y cortó la intervención de una diputada de Bildu que se estaba refiriendo a las supuestas torturas de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Ortega Smith, saltándose todas las reglas de comportamiento, sostuvo que la intervención de Isabel Pozueta (Bildu) era intolerable. Debe saber el diputado ultraderechista que los mecanismos democráticos para confrontar con las ideas que no se comparten son otros.

La presidenta de la Comisión, Isaura Leal, tuvo que pedir al parlamentario de Vox que desistiera de su actitud y respetara el turno de palabra. Finalmente no le quedó más remedio que acatar y quedarse sin uso de la palabra.