Desde el 28 de abril del año pasado, los vascos y gallegos han acudido a las urnas tres veces para elegir al Gobierno de España (en dos ocasiones) y para elegir a sus representantes locales y europeos. Este maratón electoral se alargará hasta el próximo 5 de abril cuando la ciudadanía de estas regiones tendrá que volver a los colegios electorales por cuarta vez en menos de un año para renovar sus cámaras legislativas regionales. El lehendakari vasco, Íñigo Urkullu, y el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, han querido desmarcarse de otros comicios, los catalanes, que probablemente también tendrán lugar este año. Todos los partidos políticos, por tanto, reactivan sus maquinarias electorales para hacer frente a una nueva e incierta campaña electoral.
En la mañana de este pasado lunes, el lehendakari vasco, Íñigo Urkullu confirmaba que las elecciones en el País Vasco serán el próximo 5 de abril y no en el mes de octubre como marcaba el calendario. Con este adelanto, el dirigente vasco busca desmarcarse de las elecciones catalanas que, tras lo que anunció Quim Torra, también sufrirán un adelanto y se celebrarán este año. En la rueda de Prensa en la que comunicó el anuncio, Urkullu alegó que “el clima electoral se ha instalado ya en Euskadi” y considera que en esta situación se dificulta la actividad legislativa del parlamento regional donde esperan 29 importantes iniciativas. Además, considera que con este adelanto se “ahorra a la ciudadanía una campaña electoral permanente a lo largo de los ocho próximos meses y la reducimos solo a dos”.
Tras el anuncio del líder vasco, se supo que su decisión era compartida con el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo. El dirigente del PP anunció unas horas después su decisión de adelantar también los comicios que serán ese mismo 5 de abril. Feijóo justificó su decisión en unos términos parecidos a los que hizo Urkullu. Con el adelanto se quiere también evitar una campaña electoral casi permanente hasta después del verano que era cuando estaba prevista la celebración de los comicios. Y, además, se repite lo que sucedió en 2009, 2012 y 2016 cuando la cita con las urnas en Galicia y Euskadi también fue el mismo día.
La decisión de los dos mandatarios regionales hace que tanto vascos como gallegos sigan metidos en el “maratón electoral” que se iniciara el año pasado. En los últimos doce meses los votantes de ambas comunidades habrán acudido a sus colegios electorales en cuatro ocasiones. El 28 de abril de 2019 se celebraron las primeras elecciones generales tras las que no se pudo conformar gobierno ante el bloqueo político y la fragmentación del Congreso de los Diputados. Justo un mes después, el 26 de mayo, la cita con las urnas fue para elegir a los representantes locales en las elecciones municipales y a los europarlamentarios en las elecciones europeas. Y el 10 de noviembre de 2019 tuvo lugar la repetición electoral de las generales.
Así llegan los partidos a las elecciones
En general, no parece que adelantar las elecciones haya cogido por sorpresa a ninguna de las formaciones políticas que concurrirán a los comicios en estas dos Comunidades Autónomas.
En el País Vasco, el gran favorito para repetir triunfo será el candidato del PNV y actual lehendakari, Íñigo Urkullu. En las distintas citas electorales del 2019, el Partido Nacionalista Vasco fue el gran ganador y conserva intacta su amplia base electoral. Eso sí, parece difícil que consiga una mayoría absoluta que forman ya parte del pasado. Habrá que ver cómo paga en las urnas los distintos escándalos que han salpicado a la formación en los últimos meses, sobre todo el ‘caso De Miguel’ que ha implicado penas de cárcel para algunos destacados ex dirigentes del partido en Araba.
En las distintas citas electorales del 2019, el Partido Nacionalista Vasco fue el gran ganador y conserva intacta su amplia base electoral. Eso sí, parece difícil que consiga una mayoría absoluta que forman ya parte del pasado.
El Partido Socialista de Euskadi, que forma parte del Gobierno vasco que lidera el PNV, tiene en Iodia Mendia a una candidata que cuenta con el apoyo de su partido tanto dentro como fuera del territorio vasco. La llegada de Pedro Sánchez a Moncloa y los vientos electorales favorables que han impulsado a los candidatos socialistas hacen prever un buen resultado para los socialistas. El objetivo es superar su anterior resultado del 2016 en los que se hizo con 9 escaños y superar en esta ocasión a Podemos que tiene dos diputados más en la cámara regional.
En EH Bildu, su rostro más conocido, Arnaldo Otegi, sigue inhabilitado por la justicia para ocupar cargos públicos. Por este motivo, los abertzales presentarán a Maddalen Iriarte como candidata. Su objetivo será mantener los 18 escaños que han tenido esta legislatura o incluso ampliar su representación ahora que también han ganado fuerza en el Congreso de los Diputados.
El Partido Popular ha acabado pronto con las especulaciones sobre su candidato. El adelanto le ha venido bien a Alfonso Alonso que cuenta con el respaldo de sus compañeros de partido en la región, pero no tanto a nivel nacional. De hecho la portavoz popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, ha tenido importantes desencuentros públicos con el presidente del PP en Euskadi. Tan solo unas horas después de conocer el adelanto de los comicios, Pablo Casado ratificó la candidatura de Alonso a las elecciones y se cortaba de raíz los rumores que colocaban a la ex socialista y ex dirigente de UPyD, Rosa Díez como cabeza de cartel de los conservadores. El Partido Popular tuvo un resultado electoral en el 2016 bastante bueno con los mismos escaños que los socialistas, pero ahora tendrá que competir y compartir sus votos con Ciudadanos y con Vox. Parece difícil que la ultraderecha de Abascal consiga representación en el parlamento vasco, pero sí podría quitar los votos suficientes a los populares para que pierdan escaños. Y por otra parte está la relación con ciudadanos. En las próximas dos semanas tendrán que decidir si ponen en práctica su España Suma que conllevaría presentarse bajo unas mismas siglas.
Tan solo unas horas después de conocer el adelanto de los comicios, Pablo Casado ratificó la candidatura de Alonso a las elecciones y se cortaba de raíz los rumores que colocaban a la ex socialista y ex dirigente de UPyD, Rosa Díez como cabeza de cartel de los conservadores.
En escenario electoral tan volátil, no se puede descartar nada, pero lo más probable tras las elecciones es que el PNV consiga retener el gobierno y tenga la alternativa de gobernar junto al Partido Socialista de Euskadi que es la opción preferida por la ciudadanía según las encuestas. A día de hoy es una quimera un tripartito de izquierdas en el parlamento vasco que desalojara a Urkullu de la Lehendakaritza sobre todo porque los nacionalistas vascos tienen un comodín de oro, su apoyo en Madrid a los socialistas es indispensable para que Pedro Sánchez siga en La Moncloa.
En Galicia, el gran favorito para repetir como presidente es Alberto Núñez Feijóo. A pesar de que aún no se candidato de manera oficial nadie duda de que será el cartel electoral de los populares y aspira a repetir su holgada mayoría absoluta de 41 escaños que conserva intacta desde el año 2012. No obstante, se juega mucho el Partido Popular en este territorio. Una suma de las izquierdas que desalojara a la formación de la presidencia sería un grave contratiempo para Pablo Casado y, obviamente, para Feijóo. En Galicia, de momento, los conservadores no tienen la competencia de Vox y de Ciudadanos por lo que no tienen que repartir el pastel electoral. Y trabajarán para que siga siendo así.
En Galicia, el gran favorito para repetir como presidente es Alberto Núñez Feijóo. A pesar de que aún no se candidato de manera oficial nadie duda de que será el cartel electoral de los populares y aspira a repetir su holgada mayoría absoluta de 41 escaños que conserva intacta desde el año 2012
El PSOE de Galicia llega en su mejor momento de la última década. En 2005, los socialistas consiguieron conquistar la presidencia de la Comunidad Autónoma de la mano de Pérez Touriño. Ahora, con Gonzalo Caballero tratarán de terminar con el ciclo de Feijóo. El PSOE parte de los 14 escaños conseguidos en el 2016 y tratará de hacerse con gran parte del apoyo que en los últimos años se hicieron las mareas que fracasaron de forma estrepitosa en las pasadas elecciones municipales. El sueño socialista es convertirse en la primera fuerza política gallega y no es una opción imposible. En las elecciones generales de abril del 2019 ya fueron la primera formación política por delante del PP, algo que se repitió en la cita electoral de mayo, en las europeas. Sin embargo, en noviembre ya perdieron fuelle. Ahora llegan a su momento clave.
El PSOE de Galicia llega en su mejor momento de la última década con Gonzalo Caballero tratarán de terminar con el ciclo de Feijóo. El PSOE parte de los 14 escaños conseguidos en el 2016 y tratará de hacerse con gran parte del apoyo que en los últimos años se hicieron las mareas
El Bloque Nacionalista Galego (BNG) llega a las elecciones con sus procesos internos ya realizados y con su candidata elegida. Será Ana Pontón que tiene por objetivo mejorar los 6 escaños que consiguió hace cuatro años. La llegada de Pontón ha hecho que los nacionalistas superen de una vez por todas la grave crisis que sufrieron tras ser desalojados de la Xunta en 2009 y vuelve a recuperar fuerza electoral.
Sin embargo, en las mareas tienen mucho trabajo por hacer y eso podría pasarles una alta factura en las urnas. Tienen que decidir proyecto político así como las candidaturas. Lo único seguro es que Esquerda Unida (socio preferente de Podemos) tienen en Eva Solla a su candidata.
Ciudadanos y Vox son formaciones prácticamente inexistentes en Galicia y todo hace indicar que seguirá siendo así tras las elecciones de abril.