La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil llevará a cabo un control de vigilancia durante la primera semana de febrero a los autocares encargados del transporte escolar. Esta nueva medida formará parte de las campañas de seguridad vial y se realizará anualmente por la Dirección General de Tráfico (DGT) para prevenir accidentes en este tipo de transporte.
Por lo tanto, los agentes de seguridad aumentarán desde el 3 al 7 de febrero las inspecciones, comprobando que las autorizaciones y documentos sean los correctos para la prestación del servicio. Asimismo, la policía verificará las condiciones técnicas y los elementos de seguridad del vehículo que exige la normativa, así como los requisitos que debe tener el conductor, como son el permiso de conducción o los tiempos de conducción y descanso.
La DGT ha señalado que la seguridad que tiene que haber en este tipo de transporte es de máxima prioridad. Por este motivo, este medio de transporte es uno de los más seguros, además de quedar reflejado en las cifras de siniestralidad anuales, sobre todo, si se compara el número de fallecidos por viajero por kilómetro recorrido.
Por otro lado, Tráfico recuerda que, según el Observatorio del Transporte de Viajeros por Carreteras, del Ministerio de Fomento, cada día más de 600.000 niños utilizan el autobús escolar para acudir al colegio y regresar a casa.
Además, DGT quiere recordar a los padres y madres el derecho a exigir a los colegios que los autobuses que se encarguen del transporte escolar cumplan todas las normativas.
Las principales causas de los accidentes en carretera son por la velocidad inadecuada y las distracciones. Por esta razón, los agentes van controlar especialmente la velocidad y que no se haga uso de aparatos que supongan distracción al volante. También se incrementarán los controles de alcohol y otras drogas.
Aunque, el 90% de los accidentes que se producen durante el transporte escolar tienen lugar en el momento de subir o bajar del vehículo. En el otro 10% de los casos, se trata de atropellos causados por una distracción del menor, del conductor o de los padres. La DGT recomienda a los padres y madres que respeten las paradas, que no vayan con prisas y que esperen a sus hijos e hijas en la puerta del autobús.