El presidente de la Generalitat de Catalunya, Quin Torra, podría ser inmediatamente inhabilitado si la Junta Electoral Central estima la petición del PP y de Cs de retirar el acta de diputado del dirigente de JxCAT sin esperar a que se resuelva el recurso presentado ante el Supremo. El próximo viernes se sabrá la decisión definitiva que podría convertir a Pere Aragonés en presidente de forma inmediata. Torra está molesto porque desde su propio partido ya consideran cómo se podría buscarle un sustituto.
El próximo viernes, Quim Torra, podría dejar de ser presidente de la Generalitat de Catalunya lo que daría la presidencia de la Comunidad al vicepresidente republicano Pere Aragonés.
La Junta Electoral Central (JEC) resolverá el próximo 3 de enero la petición del Partido Popular y de Ciudadanos que han solicitado retirarle al dirigente independentista su acta de diputado de forma inmediata y con ello apartarle de la presidencia de la Generalitat. Tras la sentencia condenatoria del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que incluye una inhabilitación de 18 meses, Torra presentó un recurso ante el Supremo lo que ha paralizado la ejecución de la condena hasta que se resuelva dicho recurso, que no será antes del verano. Sin embargo, la JEC podría hacer que no haya que esperar y se comience a ejecutar la condena de forma inmediata. Dicha condena proviene de la desobediencia de Torra a la Junta Electoral Central cuando le ordenó retirar los lazos amarillos y los símbolos independentistas de las fachadas de los organismos públicos en el periodo electoral.
Este hecho ha producido en el seno de JxCAT cierto malestar ya que podrían ver cómo pierden la presidencia y, con ello, la posibilidad de decidir cuando se convocan las elecciones catalanas. Legalmente, con la inhabilitación del presidente le debe sustituir el vicepresidente, en este caso, Pere Aragonés, de ERC. Ya este pasado fin de semana, el diputado de JxCAT en el Congreso, Ferran Bel, asumía que la JEC ejecutará de forma inmediata la sentencia y pedía a sus socios de ERC que “lo razonable es que al frente del país haya alguien de JxCAT”. Torra ha manifestado su malestar, incluso con sus compañeros de partido, ya que considera que se está hablando ya de su posible sustituto, asumiendo la condena que le han impuesto por desobediencia , en vez de “plantar cara” a la inhabilitación.
El propio Bel manifiesta en una entrevista en Europa Press que la inhabilitación de Torra abocaría a Cataluña a unas nuevas elecciones en cuatro o cinco meses ya que no ve posibilidad de que se conforme una mayoría estable en el Parlament. Pero habría un periodo hasta esos comicios en el que considera que la presidencia debería recaer en JxCAT. Para ello, Pere Aragonés debería renunciar a su derecho de convertirse en presidente.
Uno de los miedos de los republicanos en su negociación con el PSOE siempre ha sido la posibilidad de que se convoquen elecciones autonómicas y su abstención a los socialistas les pase factura en las urnas. Pero con la inhabilitación de Torra se acabaría con esa posibilidad ya que estaría en manos de Aragonés la decisión de cuándo se llamaría a los catalanes y a las catalanas a las urnas.