Una de las grandes reclamaciones en infraestructuras en España es la Alta Velocidad a Extremadura. La región es de las pocas que siguen sin un solo kilómetro de AVE, pero, además, es la única que no cuenta con ninguna línea electrificada lo que hace que los trenes hacia Plasencia, Cáceres y Badajoz aún son tirados con cabezas tractoras diésel. Los distintos Gobiernos de España llevan décadas prometiendo mejoras en el ferrocarril extremeño, pero las obras siempre se han ido dilatando en el tiempo. Ahora, por fin, ADIF trabaja ya en electrificar la plataforma construida en la comunidad por la que en el futuro circulará el AVE.
El pasado mes de febrero, ADIF convocó por alrededor de 42 millones de euros la licitación para la construcción de la línea aérea de contacto y los sistemas necesarios para la electrificación del tramo Plasencia-Bifurcación Peñas Blancas de la línea de alta velocidad en Extremadura. Y en octubre, tras pasar todos los trámites administrativos se firmó el contrato para que comenzaran las obras. Se inicia así la electrificación de los primeros tramos ferroviarios de la región, algo que se llevaba años esperando.
Los postes que sujetará la catenaria ya se pueden ver en este tramo de 15 kilómetros que supone un hito en las infraestructuras extremeñas. Se impulsa así nuevamente la lenta llegada de la Alta Velocidad hasta Badajoz.
Además, ya se está avanzadas las obras de las subestaciones de Cañaveral, Carmonita y Sagrajas, así como los doce centros de autotransformación del tramo Plasencia-Badajoz. Con ello, se prepara ya las instalaciones que suministrarán energía eléctrica a la catenaria de la alta velocidad. El plazo de ejecución de esta obra es de 42 meses, aunque incluye 24 meses de mantenimiento lo que deja el plazo para acabar las obras en un año y medio.
Cuando finalicen estas obras, la red ferroviaria extremeña dejara de ser la única de España sin ningún kilómetro por electrificar. Ya el ministro Íñigo de la Serna (del Ejecutivo de Rajoy) prometió en el 2017 que estas obras estarían acabadas en el 2019, algo que se ha demostrado incierto. Pero, además, Ana Pastor, anterior titular de Fomento anunció estas obras en el 2015. Y será ahora, con José Luis Ábalos, cuando se concluyan las obras de la plataforma. Aunque los interminables retrasos hacen que el tren de altas prestaciones no podrá circula hasta, al menos, mediados del 2021.
Pero, además, Fomento también está mejorando la red convencional que en el futuro complementará a la alta velocidad. Se tiene previsto actuar en varias líneas entre las que se encuentran Monfragüe-Plasencia; Madrid-Valencia de Alcántara; Aljucén-Cáceres; así como en el ramal sur de Cáceres.
Con el avance de estas obras, se impulsa y se avanza en la construcción de la línea Madrid-Extremadura que deberá unir la capital de España con Badajoz, ya cerca de la frontera con Portugal y su futura conexión con Lisboa. Esta línea tendrá aproximadamente 450 kilómetros de longitud de los que alrededor de 200 discurrirán por la comunidad extremeña. La ejecución de la obra está estimada en alrededor de 3.500 millones de euros. Y el proyecto está dividido en tres tramos: Madrid-Oropesa (200 kms.), Talayuela-Plasencia (28,6 Kms.) y Plasencia-Badajoz (164,6 Kms.).
El tramo Plasencia-Badajoz será el último en funcionar, aunque todas las obras están ya iniciadas y avanzan según los plazos previstos. El montaje de la vía se está haciendo en ancho ibérico (más ancho que el europeo), pero se está dejando preparado para su adecuación en el futuro. Esta fase se encuentra prácticamente acabada en el tramo Cáceres-Badajoz y queda la mitad (aproximadamente) entre Plasencia y Cáceres. Además, se trabaja en la duplicación de la vía Cáceres-Mérida y en el acceso sur de Cáceres.
Cuando este tramo esté acabado, en una primera fase, se podrá utilizar la nueva plataforma que conectará con la línea convencional en Plasencia. Con ello se mejorarán los tiempos de viaje.