Políticos como el autoinmolado Albert Rivera, que después de haber bloqueado cualquier intento por parte del PSOE de formar gobierno, postura que ha hecho que su partido pase a la irrelevancia política, ha puesto tierra de por medio abandonando el barco que capitaneaba antes de su hundimiento. Políticas como Inés Arrimadas, conocida por su capacidad de crispar el ambiente, que parece ser que no aprenden de los errores cometidos y persisten en seguir repitiendo errores pasados al seguir bloqueando la investidura para que el partido más votado no pueda gobernar.
Y subiendo bastantes grados de irresponsabilidad, personajes como Pablo Casado y sus cohortes de voceros y voceras a sueldo, que con sus comportamientos y declaraciones solo consiguen incrementar el hastío y aversión a todo lo que tenga relación con la política por parte de muchos ciudadanos. Ninguno de estos personajes que he citado ha tenido nunca altura de miras y sentido de Estado. Nunca les ha importado un bledo que el gobierno de España siga en funciones y limitado en su acción de gobierno, con todas las consecuencias negativas que esto tiene a nivel económico, social y en nuestras relaciones y acuerdos internacionales.
Y en este punto quiero apelar al segundo principio de la termodinámica donde la cantidad de entropía del universo tiende a incrementarse en el tiempo. Por otro lado Albert Einstein dijo: ”Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo". Partiendo del principio termodinámico citado, llego a la conclusión de que la estulticia de los seres humanos al igual que la entropía en el universo, tiende a aumentar con el transcurrir del tiempo, y por analogía a la afirmación del genial físico alemán de origen judío, me atrevo a decir que también la estulticia es infinita.
Significado de estulticia: “Como tal, es una palabra que se refiere a aquellos que en sus actos, palabras, acciones u omisiones, demuestran falta de conocimiento, tacto o discreción en relación con determinados asunto y que, debido a ello, se comportan más bien haciendo gala de su necedad, idiotez y falta de respeto ante determinadas cosas”. Según esta definición del adjetivo, me atrevería incluso a decir que la política española está tomada por políticos necios, ignorantes y estúpidos que practican la estulticia de forma constante.
Quiero pensar que lo que crece es la estupidez y la ignorancia humana, no quisiera pensar que lo que aumenta es la mala fe, la envidia, el egoísmo, la deslealtad, la maldad y el rencor. No, no lo quiero ni pensar. No quiero pensar que alguna vez personas con mala fe, envidiosas, egoístas, desleales, malvadas y rencorosas puedan tener entre sus manos el futuro de España. ¿Os imagináis? Aunque la otra posibilidad tampoco me tranquiliza demasiado: que sean personas ignorantes y zafias. En ambos casos hacerles llegar al poder sería una gran catástrofe por parte de nosotros los ciudadanos y las ciudadanas del siglo XXI. Personas de las que se dice que somos los más formados, con más acceso a la información y con más libertad de toda la historia de nuestra querida España.
Espero y deseo ardientemente no tener que incluir también, a los líderes de ERC en alguna de estas dos categorías de políticos que he descrito anteriormente. Hablando en plata y resumiendo, o entre los idiotas o entre los malvados.
Casi siempre los argumentos más simples son los que más se ajustan a la realidad.Siguiendo con los pensadores, físicos y filósofos, según el principio de La navaja de Ockham o principio de economía o de parsimonia, en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable. No dispongo de ninguna otra explicación racional para que en el panorama político tanto nacional como internacional líderes como, Trump, Boris Johnson, Bolsonaro,Torra, Puigdemont o cualquier otro personaje con rasgos populistas y marcado pensamiento nacionalista excluyente, puedan llegar al poder con mayorías absolutas. Dudo entre pensar si estos políticos que he citado son malvados o estúpidos, aunque tiendo a pensar que poseen malicia y estupidez en grado sumo. Y además, hoy en día tampoco somos tan inocentes como para dejar de pensar en los poderosos motores tecnológicos de Internet, con millones de motores que falsean fake news, redes y trolls. En los que se se invierte miles de millones de dólares para desestabilizar democracias.
Además tengo que creer también, cosa que me crea un gran conflicto interior puesto que siempre pensé que en Democracia el pueblo soberano nunca se equivoca, que todos estos ciudadanos y ciudadanas que les votan son más como millones de clones de estulticia individualizada que no ven más allá de lo que se les muestra interesadamente. ¿Mejor ignorantes o malvados?. La estulticia aumenta y la estupidez humana es infinita, que no lo digo yo……