El polémico líder conservador ha dado a su partido la mayor victoria electoral en décadas y supone el espaldarazo definitivo al brexit británico. Ahora, los planes de Johnson se empezarán a ejecutar de inmediato. Por su parte, los laboristas cosechan uno de sus peores resultados históricos lo que acaba con el liderazgo de Jeremy Corbyn. El resultado de las urnas supone también la presencia de un nuevo problema en el horizonte de la política inglesa y es el gran triunfo del Partido Nacional Escocés (SNP) que podría abrir la puerta a un nuevo referéndum de independencia en Escocia.
La noche ha sido larga en el Reino Unido con el conteo de los votos en las importantes elecciones que se desarrollaron este jueves. El órdago Boris Johnson ha resultado triunfador para los conservadores que acaban de cosechar una victoria electoral a la altura de las que conseguía Margaret Thatcher.
El Partido Conservador ha conseguido una holgada mayoría absoluta con la conquista de 343 escaños de los 650 de la Cámara de los Comunes lo que supone mejorar su resultado en 66 más de los que tenía. En el lado contrario, los laboristas caen hasta los 203 escaños perdiendo 41 asientos.
Pero lo inamovible es que Johnson ha conseguido superar los 326 escaños que dan la mayoría absoluta y tiene el camino despejado para imponer sus planes que pasan por hacer efectivo el brexit el próximo 31 de enero de 2020. A partir de esa fecha comienza un periodo de transición que acabará definitivamente con la relación de los británicos con Europa tal y como era en las últimas décadas. Desde febrero de 2020 los eurodiputados ingleses abandonan el Parlamento Europeo y comienzan su ya irreversible camino de salida.
Lo cierto es que las elecciones británicas de este jueves eran en realidad una especie de segunda vuelta del referéndum del brexit y los antieuropeos han ganado la batalla. Ahora está claro que el Reino Unido ha optado por salir cuanto antes de la UE. Ese es el principal mandato de las urnas. Los laboristas optaron por mantenerse en una posición tibia respecto al brexit y han obtenido un fracaso sin paliativos.
Otro de los triunfadores de la noche electoral ha sido el Partido Nacional Escocés que se ha hecho con 48 escaños. Este importante resultado supone que aparece en el horizonte político británico un nuevo problema. El partido escocés ha sido uno de los máximos defensores de parar el brexit. Y con el resultado global tiene la legitimidad y la fuerza necesaria de impulsar un nuevo referéndum de independencia de Escocia ante la salida de la Unión Europea que ellos no aprueban.
Por su parte, los liberaldemócratas han perdido diez asientos en el parlamente a pesar de su mejora en porcentaje de votos.
A medida que avanzaba el recuento electoral, la pérdida de históricos feudos laboristas del norte y del centro del país confirmaban un éxito electoral sin precedentes del partido conservador. Y ya no hubo margen para la sorpresa. Ahora se abre un nuevo tiempo en la política británica. Los votantes han apostado por certidumbres y desde este 12 de diciembre se da por terminada la lucha entre euroescépticos y eurófobos frente a los partidarios de mantenerse en la UE. Ya está claro que Reino Unido ha elegido un camino distinto al que toman los hasta ahora sus socios europeos. El tiempo dirá quién eligió la senda correcta.