Los exjugadores de la Arandina han sido condenados por la Audiencia de Burgos a penas que suman 114 años como autores de la agresión sexual sobre una menor de 16 años. Se condena a cada uno los acusados como autores de un delito de agresión sexual y se aprecia la existencia de intimidación ambiental por el hecho de haber actuado los tres acusados sobre la víctima, en el piso de éstos, con la luz apagada y por sorpresa, sin que la menor pudiera reaccionar. Las pruebas más contundentes han sido el testimonio de la denunciante, en cuanto resultó corroborado por los de aquellas personas más allegadas y por el informe psicológico.

El punto de mayor conflicto era el cambio en la postura de la denunciante al relatar los hechos a sus conocidos aunque esto finalmente no ha afectado a la credibilidad de su versión en cuanto refiere que no realizó los hechos voluntariamente. También se considera probado que los acusados conocían que la denunciante era menor.

Las penas impuestas se corresponden con la aplicación de la doctrina de la cooperación necesaria, y por ello cada uno de los acusados es condenado como autor por los hechos realizados por el mismo y como cooperador por lo realizado por los demás, lo que aumenta la pena final. Además, se impone el pago de 50.000 euros a la familia y medidas de prohibición de comunicación con la víctima, así como la libertad vigilada durante diez años. El máximo cumplimiento de la pena de prisión se fija en 20 años, conforme a lo dispuesto en el Código Penal. Los posibles recursos serán resueltos por la Sala de lo Civil y Penal del TSJCyL.

Los hechos tuvieron lugar en 2017 cuando la joven, tras haber mantenido contacto por una red social con los acusados, acudió al piso que éstos compartían en la localidad de Aranda de Duero. En este lugar, según la víctima fue obligada a mantener relaciones sexuales con todos ellos en el salón de la casa para, seguidamente, ser de nuevo forzada por uno de ellos a soportar otra relación sexual en un dormitorio de la vivienda. Además, ella aseguró que habían grabado los abusos en vídeo y los habían difundido públicamente. El vídeo fue encontrado meses más tarde e implicaba incluso a un cuarto integrante. La polémica del caso vino cuando se descubrió que los acusados y la víctima llevaban intercambiando contenido sexual desde un mes antes de la agresión y que la menor se jactaba de las relaciones que mantuvo con los futbolistas en audios compartidos a sus amigas.

El juicio se llevó a cabo en el Palacio de Justicia de Burgos, sede de la Audiencia Provincial, entre el 21 y 28 de noviembre a puerta cerrada, con el objetivo de garantizar en todo momento la privacidad de la menor, que testificó en la sala tras un biombo en la segunda jornada. Los tres acusados defendieron en todo momento su inocencia, señalando las diferencias en el relato de la joven y argumentando que se trataba de una “denuncia falsa”.