El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, tiene esta semana una agenda internacional repleta de importantes actos. Este lunes abría en el IFEMA la Cumbre del Clima que se celebra en Madrid y a la que asisten más de medio centenar de Jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo. Este miércoles se ha desplazado a Londres para asistir a la Cumbre de la OTAN donde ha garantizado ante los líderes de la coalición que su futuro Ejecutivo seguirá la incrementando la partida presupuestaria para Defensa como reclama la Organización a sus países miembros.

Pero esta apretada agenda no le impide estar, obviamente, al tanto de los últimos movimientos de su formación para intentar desencallar la formación de Gobierno.

En rueda de Prensa desde Londres, Sánchez se ha referido a las conversaciones que mantiene el PSOE cono ERC y ha afirmado que estas negociaciones “están encaminadas a conseguir el desbloqueo” que vive España desde el pasado mes de abril. Ante los constantes ataques de los partidos de la derecha por el acercamiento de los socialistas a los independentistas catalanes, Sánchez ha afirmado que su partido hará público el posible acuerdo al que llegue con los republicanos y ha avisado que “va a estar siempre dentro del marco de la legalidad democrática y de la Constitución Española”.

El presidente ha dicho que las conversaciones con el partido de Junqueras y Rufián “van bien” precisamente porque “son discretas”.

En la tarde de este martes, los equipos negociadores de ambos partidos se reunieron por segunda vez en el Congreso de los Diputados y según lo poco que ha transcendido parece que se van acercando posturas. En un principio, los republicanos pedían una mesa de diálogo entre el Gobierno de España y el Govern de la Generalitat como condición indispensable para plantearse cambiar su ‘no’ a Sánchez por una abstención. Los socialistas respondieron que esa ‘mesa’ ya existe, se trata de la bilateral entre ambos gobiernos que está prevista en el Estatuto de Cataluña. Sin embargo, los de Junqueras quieren establecer un nuevo espacio de diálogo más parecido al que ya se abrió en Pedralbes en diciembre del año pasado que no sería tan encorsetado como la mesa que recoge el Estatut.

Ahora, ambos partidos estudian una fórmula legal y que satisfaga a ambas partes para que se pueda producir ese diálogo entre ambos Gobiernos.

Desde la repetición electoral del pasado 10 de noviembre, la obsesión del PSOE es buscar cuanto antes las posibilidades de superar la investidura. Por ese motivo, 48 horas después de contabilizados los votos, los socialistas presentaron un acuerdo de Gobierno de coalición con Unidas Podemos y Pablo Iglesias que suma 155 escaños en el Congreso de los Diputados. La bajada de votos de ambas formaciones y la subida de la extrema derecha en la última cita con las urnas ha hecho posible lo que no lo fue tras los comicios de abril.

Pero aún quedan 21 escaños para llegar a la mayoría absoluta. EL PSOE, con Adriana Lastra y José Luis Ábalos a la cabeza ya se han reunido con aquellas fuerzas políticas dispuestas a colaborar para desatascar la situación. Los partidos regionalistas junto al PNV y Más Madrid tienen ya casi decidido que apoyarían una futura investidura de Pedro Sánchez. Y solo falta el sí o la abstención de ERC.

Sobre el papel que vienen jugando durante estos meses tanto el PP como Ciudadanos, el presidente Sánchez ha manifestado hoy su descontento ante lo que considera una contradicción de los partidos de la derecha. “deben decir si piensan continuar en el bloqueo”. Sánchez ha puesto de manifiesto que la derecha le critica por negociar con los independentistas mientras que al mismo tiempo niegan cualquier tipo de apoyo al único Gobierno posible, que es uno liderado por el PSOE ante la doble vitoria electoral de este 2019 en las generales celebradas.

El líder socialista ha recordado tanto a PP como a Cs que “la gobernabilidad no solo depende de la primera fuerza política sino del conjunto de fuerzas. No se puede desentender nadie”.

Se ha dirigido a Ciudadanos, que tras la dimisión de Rivera está en manos de una gestora, a los que ha dicho que “tendrán que plantearse si quieren ser un apéndice de la derecha y la ultraderecha como vimos ayer o si quiere ser un partido que contribuya a la estabilidad y la gobernación de nuestro país”. A pesar del enorme batacazo del partido ‘naranja’ que pasó de tener 57 escaños a solo 10, el partido de Inés Arrimadas sigue siendo importante ya que tendría en su mano dar vía libre a un nuevo gobierno que no dependiese de los independentistas catalanes. Pero parece que los socialistas dan esa posibilidad como imposible.