El Capitán Tejero se encontraba circunstancialmente en La Coruña desde abril de aquél año al frente de una Compañía de Guardias de Asalto con la misión de desarticular un movimiento fascista descubierto en aquella ciudad, sorprendiéndole allí la sublevación. Lejos de abandonar, Tejero fue el principal organizador de la resistencia leal a la República en el Gobierno Civil de La Coruña, lo que le costó la vida protagonizando un episodio triste y heroico en un fusilamiento dirigido por un teniente también de Asalto y amigo suyo que se suicidó tras ese acto.
Fue el propio Tejero el que dio la orden de ¡fuego! Tras gritar ¡Viva la República! Murió de forma serena y heroica como no podía ser de otra manera, causando gran consternación en aquella Valencia que apenas empezaba a saber lo que es la guerra. Habían fusilado al Jefe de la Guardia Municipal valenciana cuando estaba prestando un servicio especial al Régimen legítimo como hombre de extrema confianza del Gobierno de la República. En su honor, la calle de La Sangre actual se llamó durante toda la guerra “Capitán Tejero” en recuerdo de un hombre que no sólo era admirado y querido por la Guardia Municipal sino que también la sociedad civil valenciana lo recordaba como benefactor de desfavorecidos por sus iniciativas sociales desde el final de los años 20.
Sus agentes, ya en 1931 le expresaban su admiración con actos como la entrega de un pergamino en septiembre de 1931. Voluntarios de la Guardia Municipal valenciana se integraron en el Batallón Pablo Iglesias, que intervino en la liberación de varias ciudades al principio de la guerra siguiendo el ejemplo de su Jefe fusilado. Intervinieron en Teruel y otras zonas ocupadas, como Toledo, donde en los combates de Olias encontró la muerte José Vercher, Guardia Municipal y Agente de Circulación famoso y querido, organizador del Batallón.
Siendo concejal, me encontré con este caso investigando el Cuadro de Honores de Valencia, en el que me encontré con Franco como alcalde perpetuo, y un callejero igualmente infestado de personajes franquistas. No puedo menos que manifestar mi satisfacción aunque, conseguida ya la eliminación de casi todos los personajes que denuncié como contrarios a la Ley de la Memoria, aún quedan por normalizar episodios como el del Capitán Tejero. Hoy, tras más de diez años de propuestas he asistido con sus familiares a la sesión plenaria donde el Ayuntamiento, a propuesta del Concejal de Policía Aarón Cano, acuerda la concesión de la Medalla de Oro a Gonzalo Tejero Langarita. Se restituye así la memoria de un héroe olvidado con su familia presente; para un memorialista como yo no cabe mayor satisfacción.
Una vez más, las derechas valencianas no han estado a la altura. Descuento el odio de Vox porque con semejantes intolerantes no cabía esperar mas que lo que han dicho, pero las derechas que tan constitucionalistas se reclaman no dudan en abstenerse porque para ellas nunca es el momento, y esta vez el pretexto es que estamos en elecciones. Los que acusan a los de enfrente de ser un “bipartito” muestran de nuevo que ellos sí son un “Trifachito” alineados con la ultraderecha intolerante. Mala cosa para España; sus derechas, ya filofascistas, siguen sin entender que personas íntegras como Gonzalo Tejero murieron cumpliendo con su deber, leales al Gobierno y Régimen legítimos… no lo pueden entender porque no saben lo que es la lealtad, como están demostrando 83 años después.