En la era de los teléfonos móviles y las redes sociales los ‘likes’ y el número de seguidores parecen ser lo más importante. Las protestas y los graves incidentes que se están produciendo esta semana en las calles de Barcelona son el marco perfecto para ‘instagramers’, ‘influencers’ y jóvenes que utilizan como fondo para sus fotos las hogueras y barricadas de los violentos. Así las revueltas urbanas se convierten en todo un acontecimiento al nivel de fiestas populares como las Hogueras de San Juan, las Fallas de Valencia o los Sanfermines de Pamplona.
La ‘instagramer’ rusa Elena Rybalchenko ("fitness_mama") sube a sus redes sociales fotos de todos y cada uno de sus viajes por las ciudades más importantes del mundo. Es la excusa perfecta para lucir un cuerpo perfecto esculpido a golpe de gimnasio.
Esta semana, la ‘modelo’ que cuenta con más de 700.000 seguidores en Instagram, ha estado en Barcelona y se ha encontrado con la ola de protestas callejeras de la Ciudad Condal con motivo de la sentencia del procés del Tribunal Supremo. No ha desaprovechado la ocasión y ha subido una imagen, hecha viral, delante de una de las barricadas en llamas que los violentos levantan estos días para protegerse de las cargas policiales. En la descripción de su instantánea describe el panorama como “una película de acción de Hollywood”.
Ella no ha sido la única en fotografiarse con los restos de los enfrentamientos que se producen esta semana en las calles, pero es el ejemplo más flagrante de lo que está ocurriendo estos días en la capital catalana.
En medio de las revueltas, hay jóvenes, ‘influencers’ e ‘instagramers’ que son seguidos por cientos de miles de personas en las redes sociales, que no desaprovechan la oportunidad para inmortalizar su paso por estos acontecimientos, aunque sean violentos. Es objetivo es afirmar que “yo estuve allí” y hacer saber a los demás que se encuentran en el ‘centro de la noticia’. Pero también consiguen efectos quizás no buscados como son la banalización de acontecimientos graves.
Lejos de sentir miedo y huir de zonas ‘calientes’ en las que los antidisturbios policiales y grupos de violentos perfectamente organizados se enfrentan, éstos aprovechan para hacerse fotos y grabar videos como si estuvieran en un parque temático o en medio de una fiesta tradicional como las Hogueras de San Juan o las Fallas de Valencia.
Estos mensajes que llegan a cualquier rincón del planeta a través de Internet pueden dar la imagen falsa de que lo que ocurre en Cataluña es poco menos que una chiquillería. Por ello, no faltan los que critican que la gente quiera hacer de la violencia algo “cool”. Es aún más sonrojante cuando el que lo hace tiene tras de sí a miles de seguidores.
La polémica no es nueva y no solo ocurre aquí. En 2013, el influencer español Pelayo Díaz subió a su cuenta una foto posando en el monumento al Holocausto en Auschwitz. Las críticas que recibió fueron feroces ya que muchos defienden que no su puede utilizar un símbolo tan doloroso para intentar ganar ‘likes’. De hecho, las autoridades del lugar piden a los visitantes que éste no es el escenario más adecuado para hacerse fotos “de postureo”.
El periodista Carlos Herrera también recibió numerosas críticas cuando en 2015 se hacía un ‘selfie’ delante de la sala Bataclán repleta de flores como homenaje a los fallecidos del ataque terrorista ocurrido allí.
Son los nuevos tiempos en los que un atentado terrorista, una ola de movilizaciones violentas o una catástrofe natural son el escenario perfecto para hacerse la foto más impactante.