Los juegos de Tronos continúan. Mientras la lucha de egos, de ambiciones, de traiciones y venganzas, sigue en pleno auge en el Reino De España, a Pablo I de Galapagar, le crecen los “errejones”. Tengo que reconocer que desde que aparecieron los antes denominados "nuevos políticos", esas nuevas caras, algunas procedentes de las facultades de ciencias políticas, como Iglesias, Bescansa o el mismo Errejón, otras del sector bancario, como Rivera, los que nos interesamos, y mucho, por la política no nos aburrimos ni un solo minuto. ¡Y qué decir del “show business” antes conocido como “los medios de comunicación”! Dicho esto añado: En una democracia votar es aumentar su calidad y su nivel, hay que ir a votar, tantas veces haga falta. No votar es hacer el juego a la derecha. Esto que quede claro para "los vagos que se dicen hastiados".
Todos estos personajes han sido un gran revulsivo para aumentar las audiencias en una coyuntura de nula creatividad y menor imaginación de los creadores de contenidos audiovisuales. Obviando la gran aportación que todos estos nuevos políticos, aupados y encumbrados artificialmente por casi todos los medios controlados por los poderes fácticos, que han hecho a la industria del entretenimiento patrio, poco más se puede destacar como aportaciones positivas a nuestra sociedad.
Iglesias y el partido político creado a su imagen y semejanza, Podemos, fue la primera apuesta de los que manejan los hilos para desestabilizar al partido socialista e impedir que volviera a gobernar. Y, a los hechos me remito, esta estrategia ha funcionado de forma óptima, viendo las veces que Podemos ha impedido las investiduras de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno. Si, Pablo, ¿Recuerdas cuando arengabas a tus tropas y te autoproclamabas como el defensor los débiles, cuando decías que comprabas tu ropa en el Alcampo y que vivías en un modesto pisito de un barrio popular de Madrid?¡Qué tiempos aquellos!. Has pasado a vivir en una zona elitista, y en una mansión de alto standing, más de tres mil metros cuadrados, piscina natural, jardinero propio, nurse, y desde luego señora de la limpieza para tan magna mansión. Lo digo poque no hablo de "oidas". Una amiga que pasea por tu zona, me llevó a ver la vivienda y vamos, el ático de lujo de Luis de Gúindos de 600.000 euros que tanto criticaste, al lado de lo tuyo es un "chabolo". Lo vieron mis ojos.
De los viejos tiempos ya no te queda gran cosa, ni los seguidores, ni los modestos sueldos mileuristas, ni los compañeros con los que cofundaste Podemos. Lo único que te queda de esos tiempos es una coleta a la que no renuncias puesto que tus asesores de imagen siguen insistiendo en que mantengas. Estamos en la sociedad de las apariencias y mientras aparezcas en los medios con esa apariencia calculadamente desaliñada, proyectas una imagen de ser alguien que pertenece a las clases más modestas de la sociedad. Tienes que seguir capitalizando electoralmente esa falsa imagen de profesor culto, inteligente y pobre que tantos réditos electorales te aportó en el pasado.
Es admirable el observar que te has convertido en “casta” en poco más de 4 años, cuando a otros a los que tanto críticas les ha costado cuarenta y tantos. En los, últimos y convulsos, tiempos políticos en los cuales Sánchez se dio cuenta de la maniobra desestabilizadora que se había diseñado para hacer caer un futuro nuevo gobierno socialista, metiéndote a tí, a tu mujer o alguien de tu círculo más cercano en El Consejo de Ministros, las derechas empezaron a pensar que ya no eras tan útil a su causa, o que al menos tu influencia no era suficiente para parar el auge del partido socialista de Pedro Sánchez.Y ya sabes, Pablo, a perro flaco, todos son pulgas.
Y en este juego de egos, de ambiciones, de traiciones y de venganzas, aparece, otra vez, tu antiguo compañero y amigo Iñigo Errejón. No voy a negar que en su momento me pareció un joven político con potencial, yo he afirmado varias veces, con sorna, que cuando Iñigo madurase acabaría en el PSOE. Pero otra vez un “nuevo político” nos viene a salvar a todos. Siempre el mismo relato.“No vengo a dividir, sino a sumar”, otro salvador de la izquierda. Nada nuevo bajo el sol, un discurso populista, aprovechándose del hartazgo y desilusión de los votantes de izquierdas.No sé a quién engañarás Iñigo, pero te aseguro que a los que peinamos canas, no. Es evidente que tu formación va a restar aún más al bando progresista. Claro que estás en tu derecho, como todos, pero no nos hagas comulgar, tú también con ruedas de molino.
Tu reaparición en el teatro político nacional tiene a mi entender dos objetivos principales:1- Destruir a Podemos, la venganza es un plato que se sirve frio. 2- Buscar tu sillón, ese que Pablo no te quiso dar.Todos sabemos que la “tarta” es la que es y los sillones son los que son, y todos queréis el vuestro. Tanto tú, como Pablo sabéis que no vais a gobernar, pero en el fondo os da igual, ya que mientras nuestro sistema político no cambie, con 40, con 20 o con 10 escaños en el Congreso podéis mantener vuestros sillones e ingresos. Ambos sois, los líderes de unas formaciones de culto al líder, además de poder seguir bloqueando al ganador socialista de la elecciones. El caso es que mientras vosotros seguís con vuestras luchas internas, de verdad chicos, tenéis que dejar de ver tantas series, hay vida fuera de Netflix o de HBO, la vida real merece la pena vivirla, de verdad, el país sigue bloqueado, las derechas se siguen reagrupando para retomar fuerzas, ya, de hecho, no tienen tanta necesidad de utilizaros, les hacéis el trabajo gratis.
P.D.:Pablo recientemente me he dado cuenta que me tienes bloqueado en Twitter, no soy tan inocente de pensar que los ha hecho tu personalmente, supongo que será cosa de tu “community manager”, y sé que tendréis a miles de cuentas bloqueadas, pero el hecho de que bloquéis a un militante socialista de base, que jamás te insulta, que nunca amenaza y que solo opina, te define mucho como persona y más como político, tu que eras el azote de la casta, a los que criticabas de forma mucho más agresiva de lo que yo hago contigo, no aceptas la crítica y menos de un simple ciudadano. Normalmente, la gente joven, para mí lo eres, siempre aporta frescura, nuevas ideas, y sinceridad , pero me da que tú Pablo, Errejón y Rivera ya nacisteis “viejos”, aunque sin canas ni arrugas en la cara, estáis decrépitos en vuestras formas y comportamientos.