No voy a relatar una historia que incluya las idas y venidas y dimes y diretes que se han producido durante el espectáculo de Pablo Iglesias vs Pedro Sánchez al que nos ha tocado asistir. Ya nos han hecho perder suficiente tiempo comentando y oyendo comentarios, y la vida a nadie parece tan larga como para malgastar el tiempo que le dure. Baste recordar que, siendo grave no poder pactar con las derechas, fue gravísimo que Pedro Sánchez no pudiera pactar con la izquierda, cosa que, según los analistas, se debió a su irresponsabilidad y a su soberbia.
🔴Del Blog de María Mir-Rocafort para LaHoraDigital
Empecé a analizar la relación entre Podemos y PSOE en 2015. A quien le interese, puede encontrar todos los artículos que he escrito al respecto en mi blog. Aquí voy al grano, en conciso y cortito, como prometí a mis lectores, analizando solo aquello sobre lo que es vital reflexionar antes de decidir el voto.
La entrevista a Pedro Sánchez en La Sexta ofreció un bombazo. Al bombazo acudieron todos los periodistas y analistas del país. Lo que dijo el presidente del gobierno antes y después que fuera de interés para los ciudadanos por referirse a asuntos que afectan a los ciudadanos quedó sepultado entre los escombros causados por la explosión. Del interminable rollo con que periodistas y analistas nos han aburrido durante el larguísimo período pre y post investidura; rollo con el propósito de dejarnos las neuronas en estado comatoso, solo quedará para la historia la afirmación de Pedro Sánchez que movilizó a toda la prensa dándoles el titular del siglo. No dormiría por las noches si hubiera aceptado la coalición con Unidas Podemos, dijo Sánchez, y agregó que el 95% de los ciudadanos tampoco estarían tranquilos. ¿Hay alguien en este país al que aún no le haya llegado esta confesión por algún medio?
Pues bien, me incluyo en ese 95% al que un gobierno de coalición PSOE – Unidas Podemos hubiese causado una inquietud que a algunos llegaría a afectar los nervios hasta el tembleque. A mi, personalmente, se me hubiera caído el alma a los pies y ahí se me hubiera quedado esperando lo peor. ¿Qué habría sido lo peor? Que a Pablo Iglesias y los suyos les diera una pataleta cada viernes si los ministros socialistas les llevaran la contraria y, a la salida de cada Consejo de Ministros, buscaran rápidamente cámaras y alcachofas para poner a los socialistas a parir y amenazar con romper la coalición. Y claro que, ante esta dinámica, la coalición se acabaría rompiendo más temprano que tarde. ¿Y entonces, qué? Entonces, nuevas elecciones al cabo de pocos meses y las tres derechas comprando champán francés para celebrar su triunfo, seguro tras el espectáculo de división de las izquierdas. ¿ Y los infelices ciudadanos? A gritar ¡Viva España!, por si acaso, y a apechugar como los infelices andaluces, madrileños, etcétera, están apechugando.
Considerando la trayectoria de Pablo Iglesias y los suyos, ese panorama no es una sospecha ni el invento de un futurólogo. Es una predicción basada en hechos tan objetivamente observables como los que dictan las previsiones meteorológicas. El cielo está cubierto de nubes negras, luego lloverá.
Pero esto, aunque lo parece, no es lo peor. Lo peor es que todos los periodistas y analistas de este país, hayan culpado a Pedro Sánchez por no haber aceptado una coalición que hubiera lanzado a nuestra democracia al precipicio. ¿Es que periodistas y analistas no se daban cuenta de un hecho evidente que no escapa ni el español más desinformado?
Parece imposible que un país que ha brillado ante el mundo entero por sus ingenios, empezando por Cervantes, haya podido caer tan bajo intelectualmente como para cantar, en sentido figurado, por la estupidez de la mayoría de sus analistas políticos. Y si no es posible tal cosa, hay que suponer que los analistas políticos han silenciado sus facultades racionales para dejarse llevar por la imaginación o por otras cosas que me callo para no acusarme a mi misma de juicio temerario.
Nadie con dos dedos de frente puede atribuir a Pedro Sánchez la ambición desmedida y la irresponsabilidad de no haber permitido una coalición con unas personas que todavía no entienden la diferencia entre el gobierno de un país y las asambleas de jóvenes indignados acampando en una plaza. Parece, por lo comentarios, que la mayoría de los analistas no entendían esta diferencia y aún no entienden la diferencia tampoco. Les explico. ¿Alguien no ha oído hablar de Friends? Un casting inteligente de chicos jóvenes y telegénicos logró arrasar audiencias de todos los mundos mundiales y mantenerlas en los primeros puestos de los rankings durante más de veinte años. ¿Quiero decir con esto que Podemos fue solo un producto televisivo que concibieron las grandes cadenas para entretenimiento del público? No, coñis, ojalá fuera solo eso. Estamos hablando de política, de España, de la democracia, de la libertad. Podemos fue el invento de unas mentes maquiavélicas para acabar con la amenaza de la socialdemocracia; con la socialdemocracia que amenaza al capitalismo salvaje que quiere adueñarse de nuestro país, del mundo entero
Alerta, pues, alerta roja. Los ciudadanos, hoy y aquí, estamos sometidos a un tratamiento intensivo de manipulación mediante la demagogia de los políticos amorales o inmorales o antimorales y las mentiras y falacias de periodistas y analistas pagados por empresas que financian a los anteriores. Nuestra única defensa es informarnos e informar a todos los que podamos. Tenemos que recordar que el poder, hoy por hoy, pertenece a los ciudadanos, no tan anónimos, que dominamos las redes. El día de las elecciones tenemos que demostrar que el poder es nuestro y que somos más racionales de lo que se piensan los que están haciendo pública exhibición de su irracionalidad.