La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, afirma cada vez que le preguntan que el PSOE lleva estos últimos cuatro meses tratando de buscar alternativas para ganarse la confianza de Unidas Podemos y que Pedro Sánchez pueda ser investido. También dice que en este tiempo siempre ha sido ella la que ha tenido que contactar con el equipo negociador de Unidas Podemos para sentarse a la mesa. Y en algunas ocasiones ha tenido que sufrir los desplantes Echenique y compañía. También recuerda que, antes de que desde UP se designara el primer equipo negociador, compuesto por Pablo Echenique y Ione Belarra, el presidente en funciones, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se habían reunido al menos en cinco ocasiones y que la condición para dar paso a cualquier negociación siempre fue la exigencia de Iglesias como vicepresidente del Gobierno, con sus propios ministros. Sin eso no había programa que valga. Ante la negativa de Sánchez, Iglesias exigió que fuera entonces la vicepresidenta Irene Montero. Si eso no era aceptado, ni se dignaban a abrir el programa con las medidas que en julio, el equipo negociador socialista les entregó. Así se perdieron dos meses y una investidura fallida donde el Psoe llegó a aceptar, en dos ocasiones un gobierno de coalición. Primero ofertando cargos de prestigio y después admitiendo la imposición de Irene Montero como vicepresidenta y ofertando tres ministerios. Todo ello rechazado por el equipo de Podemos bajo las órdenes de Iglesias.

A pesar de los desplantes por parte del equipo contrario, los plantones y las malas formas de Echenique, este lunes, la dirigente socialista Carmen Calvo ha vuelto a descolgar por enésima vez el teléfono para concertar una nueva reunión con la formación de Pablo Iglesias. Con la clara intención de explorar la tercera vía ofertada por el Presidente, el gobierno en pleno, la dirección del Psoe y la participación de 350 colectivos de la sociedad civil española con los que el Ejecutivo se ha reunido durante el mes de agosto con el fin de recoger y compendiar las sugerencias en materia, sindicatos y patronal, mundo financiero, tercer sector, ONG, mundo académico, colegios de notarios, de abogados, de arquitectos, de registradores, sector vivienda, sector académico, cultural, deportes, ONG, feminismo, igualdad, servicios sociales, ciencia, tecnología, colegios profesionales, etc.

El encuentro está previsto para este martes a partir de las 11:00 en el Congreso de los Diputados. Se trata de la segunda reunión de esta ronda de negociaciones tras la investidura fallida del mes de julio. Y el problema sigue siendo el mismo. Mientras que los socialistas anunciaron el 25 de julio que la oferta era para ese acto y ese momento. Que no se volvería a repetir. Descartaron la fórmula de la coalición para el Ejecutivo, ya en aquel momento e incluso Jose Luis Ábalos ha insistido este lunes desde Valencia, que no es de recibo "ni serio en política, el desgaste al que han sometido al presidente del Gobierno y al Ejecutivo desde hace más de dos meses, cuando ni siquiera hay otra alternativa de formar Gobierno". A pesar de todo, Unidas Podemos sigue inmóvil en su posición de la noche electoral: quiere ministerios y quiere formar parte del Gobierno, quiere imponer al presidente del Gobierno el nombre y apellido de "sus ministros", y además, no quiere cualquier cosa pues ya se supo antes del verano que no le valía con una vicepresidencia y tres ministerios, sino que quería más. Sin embargo, en el seno de PSOE han dejado claro que no quieren el poder a cualquier precio y que no quieren abocar al país a tener un Ejecutivo en el que dos partidos diferentes se disputen las posiciones, las medidas y las decisiones.

Ábalos: el tiempo de la sensatez y el realismo se apura

La pasada semana ya se reunieron los equipos negociadores durante más de cuatro horas y media. Las representantes del PSOE, Carmen Calvo, María Jesús Montero y Adriana Lastra detallaron a los seis miembros de Podemos y las confluencias las 370 medidas que los socialistas han incluido en su denominado Programa Abierto para un Gobierno Progresista. Por parte de los morados asistieron Pablo Echenique, Ione Belarra, Enrique Santiago (IU), Jaume Asens (En Comú Podem), Yolanda Díaz (Galicia en Común) y Juantxo López de Ugalde (Equo). Lo poco que transcendió de aquel encuentro fue la insistencia de los representantes de UP de hablar de la estructura del Gobierno, mientras que el PSOE se centró en el programa y en ofrecer a UP puestos importantes en la Administración General del Estado, pero fuera del Consejo de Ministros. Tras la reunión, quedaron en seguir hablando. Ha pasado el fin de semana y este lunes varios dirigentes del PSOE, como el secretario de Organización, José Luis Ábalos, afirmaban que no tenían noticias de Podemos y que volverían a llamar para que les den una respuesta sobre lo expuesto la semana pasada.

El ministro Ábalos ha hecho estas declaraciones en Valencia en un almuerzo-coloquio organizado por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE). Coincidiendo con las declaraciones de la vicepresidenta Calvol, en un programa de televisión, ha explicado que Podemos les había pedido unos días para considerar la propuesta hecha el pasado jueves y han pasado tres día. Ha insistido el dirigente socialista que el tiempo de la sensatez y el realismo se apura y unas nuevas elecciones mostrarían "la incapacidad de la representación política para asumir el veredicto de la ciudadanía y básicamente no modificarían el escenario actual".

Tambien ha aludido al resto de partidos políticos y les ha instado a que se respete y reconozca el resultado electoral y se deje gobernar al PSOE para que la legislatura eche a andar ya que, si el 23 de septiembre no hay investidura, "de forma automática vamos a elecciones". "Este partido no quiere elecciones porque ya las ganamos, y no nos interesa eso", ha dicho una vez más coincidiendo con su discurso desde que la opinión pública cuestionara la intención o deseo del Psoe de repetir elecciones antes de llegar a acuerdos. El dirigente socialista ha recordado al resto de las fuerzas políticas la importancia de que España tenga un Gobierno cohesionado y fuerte ya que "está en juego la estabilidad del país frente a los retos a los que se enfrenta, entre ellos la economía, que está emitiendo señales de las que hay que ocuparse".