Más de 1.000 personas (400 durante la noche) continúan trabajando en la extinción total de las llamas, que ya han devorado 10.000 hectáreas, convirtiéndose así en el mayor incendio de la isla desde que en 2007 el fuego calcinase 18.000 hectáreas.

Federico Grillo, jefe de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, ha declarado que en estas horas se empieza a ver “la realidad” del incendio, después de que, en la noche del lunes, “bastante desfavorable”, el viento del norte amenazase con introducir el fuego en la reserva natural de Inagua, un paraje “bastante inaccesible, muy abrupto”.

Con respecto al parque natural de Tamadaba, Grilló aseguró que la gravedad de los hechos “es bastante menor” de la que se esperaba, lo cual “es una muy buena noticia”. “Esto no quiere decir que no haya daños y que siga siendo un desastre, pero no es un desastre con un fuego de alta intensidad que es lo que se suponía”, añadió.

En cuanto a los realojos, son los vecinos de los barrios de San Mateo, Tasarte y Tasartico los que han podido volver a sus viviendas. Asimismo, en la tarde de ayer martes 20 de agosto, se realojó Valleseco, en concreto, los ciudadanos pertenecientes a las localidades de Madre el agua, Cuevecilla, La Caldereta, Altos de Lanzarote, el Prado y el casco urbano de Valleseco; mientras que de Moya han podido regresar a sus casas los vecinos de Agua de Fontanales, casco de Fontanales y Hoya del Caladero, y en Agaete regresaron los vecinos de Piletas, Troya y el Valle.

La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, anunció ayer que se prevé la estabilización definitiva del incendio para las próximas 48 horas.