Unidas Podemos, que no han dejado de tener en boca ni un solo instante la palabra "desconfianza del Gobierno" por lo que justificaban su ansia por entrar a formar parte del mismo, "para vigilar desde dentro", ahora se extrañan de que el Presidente del Gobierno, también se haya contagiado de esa desconfianza y tampoco se fie de ellos: “Tanto oír a iglesias y Podemos que desconfian del Psoe que he acabado por desconfiar de el y la posición de Unidas Podemos. La desconfianza se ha hecho mutua", ha dicho en Mallorca Pedro Sánchez a la salida del despacho con el Rey Felipe VI. Echenique inmediatamente a recurrido a las redes, desde donde en los últios días ha estado mofándose de las previsiones electorales de las encuestas y la subida del PSOE. "Desconfianza en quien le hizo presidente y con quien pactó los presupuestos más sociales de la democracia. La enésima excusa para seguir buscando el acuerdo con Rivera o llevarnos a elecciones", ha afirmado el político "morado" en un mensaje en su perfil de Twitter. Se le olvida a Echenique que fueron la práctica totalidad de los pratidos del hemiciclo, incluidos regionalistas e independistas, los que apoyaron la moción de censura contra Mariano Rajoy y la corrupción integral del PP.
Quien fuera jefe de las negociaciones con el PSOE previas a la investidura fallida, Pablo Echenique, opina que Sánchez "debería hacer los deberes, trabajarse los apoyos y dejar de buscar excusas". Echenique se ha caracterizado por sus pésimas formas, dando plantones, planteando imposiciones -el nombre de Irene Montero antes de empezar a negociar- etc, durante las negociaciones con un equipo negociador del PSOE, constituido nada menos que por la vicepresidenta, la ministra de Hacienda y la Vicesecretaria General del Psoe. Finalmente fueron UP quienes dijeron no, a la última oferta del Psoe. Algo de lo que ya están empezando a dar muestras de arrepentimiento.
Otros miembros de la formación morada también han puesto en duda las palabras del presidente en funciones en esta misma red social. El secretario de Comunicación, Juanma del Olmo, asegura que Sánchez mantiene un "chantaje" para forzar la repetición electoral. "El mensaje de chantaje de Pedro Sánchez no cambia: O hacéis lo que yo digo o a elecciones", ha censurado. Asimismo, para Juanma del Olmo, la exclusión del líder de Podemos, Pablo Iglesias, como requisito para formar un Gobierno de coalición no era un veto sólo de Sánchez sino de "los que mandan sin presentarse a las elecciones".
Del Olmo ha insistido en que se trataba de "una excusa más" del jefe del Ejecutivo para no ceder porque "sigue buscando acuerdo con la derecha", ha denunciado en un segundo twit. Ambos dirigentes morados siguen confundiendo, intencionadamente, la opción de abstenerse para respetar el gobierno del ganador de las elecciones, a la de apoyar con sus votos dicho gobierno. En una democracia, los partidos institucionales se abstienen para dejar gobernar al ganador de las elecclones salvo que tengan otra alternativa, que no es el caso.
Por otro lado, el portavoz de Medio Ambiente de UP, Juan López de Uralde, volvió a defender este martes un Gobierno de coalición con Podemos, después de que Sánchez se reuniera el lunes con ONG ecologistas dentro de su ronda de encuentros para elaborar un programa que presentar a Unidas Podemos.
Por su parte, el politólogo y fundador del partido "morado", Juan Carlos Monedero, ya criticó este martes la trayectoria del presidente en funciones durante los meses previos a la investidura fallida. "Comienzas poniendo vetos a políticos de otros partidos, continuas negándote a aceptar que para gobernar hacen falta mayorías, haces del rey un mago de película y terminas viendo cómo el PP y Ciudadanos dicen que te pongas de lado por el "bien de España". Te lías, Sánchez", ironizó Monedero. Teniendo en cuenta que la petición primera e inexcusable de Pablo Iglesias fue que él mismo fuera vicepresidente y gestionar, a través de los principales ministerios, Hacienda y Trabajo, el 80 por ciento del ingreso público y el 60 por ciento del gasto. Algo tan fuera de la realidad, que llevó tres semanas y varias reuniones entre Iglesias y Sánchéz, hasta que Sánchez hizo público que el principal escollo era Iglesias que quería un co-gobierno dentro del Gobierno, lo que generó una enorme desconfianza entre ambos.