Nacida bajo el nombre de Chloe Anthony Wofford en 1931 en Lorain (Ohio), Morrison fue la segunda de cuatro hermanos en una familia de clase obrera y mostró un precoz interés en la literatura. Estudió Filología en las universidades de Howard y Cornell y posteriormente llegó a ser profesora en otras como la Universidad del Sur de Texas, la Universidad de Howard, Yale y desde 1989 hasta 2006, tuvo una cátedra en la Universidad de Princeton.
Morrison llegó a ser una de las autoras más aclamadas de Estados Unidos cuando publicó su novela Beloved en 1988, con la que logró el Pulitzer de ficción. Otras de sus obras memorables son Jazz (1992) y Paradise (1997), que completan junto a la anterior una trilogía basada en la historia de una esclava durante la Guerra de Secesión.
Tras publicar el segundo libro de la trilogía, Morrisón fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura, siendo la primera mujer negra de cualquier nacionalidad en alzarse con el galardón. El comité sueco señaló que "en sus novelas caracterizadas por una fuerza visionaria y un significado poético, da vida a un aspecto esencial de la realidad Norteamericana".
Morrison llegó a publicar once novelas hasta 2015, cuando lanzó la última, La noche de los niños. Ni siquiera la muerte de su hijo le impidió seguir cumpliendo su sueño. "Dejé de escribir hasta que pensé en que él realmente se enfadaría si supiera que eso me había hecho parar", le admitió a la revista Interview en 2012 por el lanzamiento de Inicio, su novena novela.
El fallecimiento de la novelista ha sacudido a la sociedad estadounidense y tanto escritores como editores e incluso políticos han expresado su tristeza por esta pérdida.
El primero en pronunciarse ha sido el editor Alfred A. Knopf, quien confirmó la muerte de la ganadora del Premio Nobel de Literatura: "Nosotros morimos. Ese puede ser el sentido de la vida. Pero hacemos el lenguaje. Esa puede ser la medida de nuestras vidas".
El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, uno de los primeros políticos en prounciarse al respecto, afirmaba en Twitter: "Era un tesoro nacional, tan buena narradora, tan cautivadora en persona como en los libros".