Lo vemos cada día quienes por conciencia, convencimiento y solidaridad feminista nos dedicamos a contar la historia completa, el relato verdadero que no se ha querido narrar aposta para que las mujeres sigamos estando relegadas al dominio del patriarcado. Y es que el cuarto poder en realidad es un bastión más del primer poder que no es otro que el machismo que corre por las venas del mundo y campa a sus anchas. “Las claves del buen periodismo, del periodismo en mayúsculas, son la honestidad y la rigurosidad. Contar el todo y no solo una parte. Mientras que las mujeres sigamos estando fuera de las decisiones de poder y solo seamos un 15% en los puestos de dirección, no habrá conciencia para informar, destapar y denunciar prácticas machistas”, tal y como explica Ana Pardo de Vera, directora de Público.
Los medios, salvo honrosas excepciones, colaboran con el enemigo de las mujeres. Lo hacen ejerciendo un periodismo maltratador que sirve divinamente a la mano que le da de comer. Frente a la docilidad surgen voces que dan lecciones no solo de profesión, también de humanidad y dignidad. La de Montserrat Boix es una de ellas. Ella borda lo que Orwell resume en una frase: “Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás es relaciones públicas”. Y lo suyo tiene doble mérito porque lo hace preservando el bien público de una televisión que es la de la ciudadanía.
La que es también secretaria de Igualdad y Derechos Civiles de UGT y CRTVE y miembra del Observatorio de Igualdad RTVE, ejerce desde hace décadas de martillo pertinente (que no impertinente) sobre el clavo que nos hiere a la mitad de la población. Hasta ahora, tal y como contaba en la jornada #NoSomosHornos (2:06:58), era señalada en rtve como “la loca feminista que se ocupaba de informar sobre la violencia de género y los asesinatos”. Una bendita locura porque con ella ha logrado que se informe con perspectiva de género sobre una lacra incesante que nos asesina y maltrata a cada segundo. “Después de muchos años trabajando en ello por fin se asume esta realidad”, añade. Sin embargo, su compromiso por seguir denunciando la vulneración de los derechos de las mujeres en temas como la prostitución o los vientres de alquiler, que también son violencia de género, le está trayendo por la calle de la amargura. “Ahora al informar de ello me dicen que ya no soy feminista y que lo mío es algo personal”, añade.
Y es que su responsabilidad feminista la llevó a trasladar una crítica (en representación de las quejas surgidas por el colectivo feminista y también como responsable de los cargos que tiene en la tve) a una información en el telediario del fin de semana del 16 y 17 de febrero de 2019 que maquillaba los vientres de alquiler y los menores nacidos de esta explotación reproductiva. Boix, al final del telediario comentó al editor, Lluís Guilera, (orgulloso “padre” por este método) las quejas recibidas al respecto. El resultado de denunciar el tratamiento sesgado es el acoso laboral vivido desde entonces y y el haber tenido que denunciar la situación en un juzgado. El juicio será el próximo el 24 de septiembre. “No podrán conmigo. Resistiré, cueste lo que cuesta porque nos va la vida en ello y porque no puedo pedir denuncia a mis compañeros sino hago yo lo mismo”, dice.
El periodismo no es juntar letras. El periodismo no es crear un relato rosa de algo que es el negro más absoluto. El periodismo es una responsabilidad pública que ayuda a conocer la realidad y desenmascarar a quien quiere perturbarla sin escrúpulos.
Gracias compañera, porque a pesar de haber sido relegada y cuestionada no te has movido ni un ápice del único lugar que es el centro de todo. El de los derechos humanos de la mitad de la población. Tu lucha no ha caído en saco roto. Es el ejemplo para todas y todos que para ser periodista no solo hay que ser buena persona. Hay que ser feminista.
Nuria Coronado Sopeña @NuriaCSopena