La bilis me sale por todos los poros del cuerpo cuando esos señoros, tan altivos, tan odiadores de las mujeres, tan cristianos y engominados, nos tratan sin despeinarse ni un solo pelo peor que a un trozo de mierda. Deshonran nuestras vidas y la memoria de las que nos faltan.
Me repatea el corazón escuchar de boca de Alejandro Hernández, el porta(vox) en el Parlamento Andaluz, que tras el crimen machista en la localidad malagueña de Cortes de la Frontera, lo que ha pasado es la pura igualdad. Lo mismo fallece una mujer que también fallece un hombre. En sede parlamentaria, Hernández se quedó tan ancho contando que “lo cierto y verdad es que lo único que va incrementándose es el número de mujeres que fallecen y, en última instancia, también el número de hombres; en definitiva, el número de seres humanos”. Una igualdad que apesta a muerte.
Y lo dijo tan pancho porque a él y a los que pactan con él con la misma desvergüenza patriarcal, le importan nada las 137 mujeres -que como señala la ONU- son asesinadas cada día en todo el mundo por violencia de género, ¡Debe ser que les pilla muy lejos! Tampoco les conmueve a esos que van de patriotas las 1007 mujeres asesinadas desde el 1 de enero de 2008 hasta el día de hoy (32 en lo que va de 2019) y enterradas a lo largo y ancho de la bandera que tanto se empeñan en llevar en sus muñecas o las 9 mujeres asesinadas de su querida Andalucía ¡Qué mala suerte la de las mujeres muertas oye!
Me revuelvo en la silla pensando en todas las Anas Orantes asesinadas que valen nada para toda esta jauría que se dice democrática. Me duelen el 80% de las mujeres que cada día siguen siendo maltratadas en silencio o las 13.741 mujeres que viven en España con un sistema de protección que cada vez que pita les acelera el corazón y solo les late el miedo. Me punzan en el alma las 535 valientes que diariamente se atreven a dar el paso de ir a una comisaría o cuartelillo a denunciar o ese 33% de las mujeres que hoy sufren o han sufrido discapacidad como consecuencia del maltrato.
Me indignan esas palabras machistas porque me hacen pensar en esas otras que están muertas en vida ya que les falta lo que más querían: sus criaturas. ¿Será que para ellos los 28 menores asesinados y sus “muertes” por quienes denominan “seres humanos” son lo mismo? ¿De verdad es comparable la muerte de un parricida como José Ignacio Bilbao (que asesinó a sus hijas Amets y Sara con una barra de hierro envuelta en papel de regalo y después se suicidó) con el calvario de su madre Bárbara García? No me extrañaría nada que este mantra sea su próximo hit del verano y que todos les bailen el agua como el que oye llover.
Las palabras insultantes de estos maltratadores institucionales (junto a la cooperación de sus socios de gobierno) cuesta no solo un dolor infinito a las víctimas, sino que en dinerito contante y sonante se estima (y solo de forma parcial) que va desde los 4.858.772.203€ a los 14.819.576.576€. O lo que es lo mismo supone el 0,11% del PIB y 27,6€ al año por habitante, mientras que la estimación menos conservadora supone el 0,76% del PIB y 183,9€ al año por habitante.
¡Pero no nos quejemos!! Que en España no hay violencia de género. Todo es un invento y una obsesión de las feminazis para seguir viviendo del cuento. ¡Que ya te digo yo que es un chollo que ni te cuento!
Puede que como dice la ONU a cada mujer y a cada niña nos asista el derecho a una vida libre de violencia; sin embargo la Violencia de Género persiste como la violación más común de los derechos humanos de las mujeres. Es una pandemia. Y de los que crean esa pandemia, aquí estamos rodeadas. ¡Ni en paz nos dejan descansar como víctimas!
*Nuria Coronado Sopeña @NuriaCSopena