El portavoz de los socialistas en el Senado, Ander Gil, asegura que “Casado impone a los castellanoleoneses y castellanoleonesas lo que los votantes no han querido en Álava” y afirma que la designación de Maroto “supone el cese encubierto de Ignacio Cosidó por su relación con el caso Kitchen, y la demostración de que el PP reconoce, de manera tardía, que su portavoz en el Senado no puede seguir ni un minuto más en el cargo”.
El portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en el Senado y senador por Burgos, Ander Gil, afirma que la propuesta del PP de designar a Javier Maroto como senador autonómico de Castilla y León “es una falta absoluta de respeto a la ciudadanía, ya que Javier Maroto es una persona absolutamente ajena a nuestra comunidad, a la que solamente une que ha sido empadronado apresuradamente en Segovia, y, desde luego, quiere ser senador para seguir percibiendo un sueldo público y no para defender los intereses de los castellanoleoneses y castellanoleonesas. Con esta decisión, Casado impone en Castilla y León lo que los votantes no han querido en Álava”, asegura el portavoz.
“La derecha no deja de tomarle el pelo a la ciudadanía de nuestra comunidad, ya que, por un lado, Ciudadanos se presentó para poner fin a 32 años de gobierno del PP enarbolando la bandera del cambio y de la regeneración, para después engañar a sus votantes y hacer posible que sigan gobernando los mismos y, además, transigiendo con todo lo que hace el PP”, recuerda Gil. “Y ahora, imponen como defensor de los intereses de Castilla y León en la Cámara territorial que es el Senado, a una persona a la que solamente le interesa su nuevo domicilio porque está a 25 minutos en Ave de su despacho en Madrid”, denuncia el senador socialista.
Casado reconoce que Cosidó no puede continuar
Por otro lado, Ander Gil también señala que la designación de Maroto “supone el cese encubierto” del actual portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, que dejará su escaño como senador por designación autonómica para hacer sitio a Javier Maroto.
“Este cese llega ocho meses tarde, desde que los socialistas comenzamos a exigirlo a Casado por la relación de su portavoz en el Senado con el caso Kitchen de presunto espionaje a los rivales del PP y presunto uso fraudulento de fondos públicos en su etapa en el Ministerio del Interior”, afirma Gil, que asegura que es también “la demostración de que el PP reconoce, de manera tardía, que su portavoz en el Senado no puede seguir ni un minuto más en el cargo”.