El ozono es un gas minoritario en la atmósfera. Su concentración es bajísima en cualquier nivel atmosférico; y aun así, siendo tan escaso, es de particular importancia para la vida en la Tierra. “El ozono nunca hubiera sido objeto de interés científico si no fuese por la importancia que tiene al actuar como pantalla protectora del planeta, bloqueando las radiaciones de onda corta altamente energéticas, que son muy nocivas para la vida en el planeta” explican desde el Área de Investigación e Instrumentación del INTA. Y cierto es que se le ha prestado atención y a estas alturas, quien más y quién menos está familiarizado con el concepto “Agujero en la Capa de Ozono”.
Precisamente, instrumentos como los que se manejan por Aemet e INTA en El Arenosillo permiten conocer con detalle cómo evoluciona este agujero que, en 2018, aumentó después de dos años de reducción de su superficie: el pasado año, la extensión del mismo alcanzó 25 millones de km2, área similar a la de América del Norte. Ahora, es preciso poner a punto el instrumental para una nueva medición pues, como cada año, el agujero volverá a formarse a finales del mes de agosto, durante la primavera austral.
Los espectrómetros Brewer son, junto con los espectrofotómetros Dobson, los únicos instrumentos de superficie reconocidos por la OMM para la vigilancia de la capa de ozono y la determinación de tendencias, constituyendo la red mundial de vigilancia de ozono desde superficie. Estos instrumentos son la referencia ineludible para la calibración de los instrumentos embarcados en satélites que dan cobertura global al planeta.
Resulta esencial vigilar la capa de ozono no solo por su actuación como barrera defensiva ante las radiaciones de mayor energía, sino también por el papel que juega en el cambio climático. Tal y como explica Tom McElroy, uno de los creadores del espectrómetro Brewer, “los expertos del Panel Intergubernamental de Cambio climático (IPCC) han identificado el papel de los aerosoles y del ozono en el control del balance térmico de la atmósfera como dos de las mayores fuentes de incertidumbre a la hora de predecir la evolución de nuestro clima”.
En ese sentido, se vuelve imprescindible centrar esfuerzos en homogeneizar los procedimientos de medida, calibración y tratamiento de los datos. Disponer de una red de instrumentos de medida en tierra operando bajo protocolos comunes de mantenimiento, tratamiento de datos y calibraciones, sujetos a patrones de referencia, es fundamental para el estudio de la evolución de la capa de ozono en los puntos de medida, así como en los puntos de referencia necesarios para la calibración y validación de los instrumentos embarcados a bordo de satélites.
Por ello, desde 1999 la Aemet y el INTA realizan campañas bienales internacionales de calibración de Brewers en la Estación de Sondeos Atmosféricos del INTA, en El Arenosillo (Huelva). Con la presente edición, se cumplen 20 años de trabajo conjunto. Estas campañas son de un interés excepcional, ya que en ellas los diferentes equipos diseminados por el mundo se ajustan a la escala de referencia, manteniendo la trazabilidad con los patrones.
En esta edición han participado alrededor de 50 científicos de los cinco continentes, entre los operadores de los 30 instrumentos participantes, y los profesores y alumnos del XVII curso de operadores de espectrómetros Brewer co-organizado por Aemet, INTA, y la OMM que se ha celebrado de forma simultánea.