Gran parte de los estudiantes de lenguas extranjeras sufren ansiedad en alguna ocasión. Es una emoción muy estudiada, conocida en inglés como ‘foreign language anxiety’. Es ahora en julio cuando empiezan los cursos intensivos de idiomas y los estudiantes podrían encontrarse con la ansiedad, afectando a su rendimiento, haciendo que los estudiantes abandonen el estudio o creando una bajo autoestima en ellos, según la experta en enseñanzas de segundas lenguas de la UOC, Blanca Cristòfol. Cristòfol, a la vez que el director del Centro de Idiomas Modernos, Joseph Hopkins y el profesor de los estudios de psicología y ciencias de la Educación, Adrián Montesano, son los que han analizado los factores que puedan crear esta emoción.
Hoy en día, en España, un 20% de personas entre 25 y 64 años tienen un dominio alto de una lengua extranjera, según los datos publicados en Eurostat. La mayoría de la población cree que le faltan conocimientos para llegar a poder aprender una nueva lengua extranjera de manera satisfactoria. Blanca Cristòfol explica que “en este sentido, la autopercepción es clave en el aprendizaje. Lo que piensan las personas de sí mismas sobre la capacidad que tienen para aprender un segundo idioma influye directamente sobre la ansiedad que pueden sufrir en el momento de hablarlo”.
Adrián Montesano señala que uno de los factores más importantes para analizar es la finalidad del aprendizaje, “si el estudiante lo hace por gusto o curiosidad, probablemente este proceso no le provocará ansiedad. Ahora bien, si lo hace por algún tipo de obligación, como una cuestión laboral o relacional, entonces la presión para aprender el idioma será mayor y, por tanto, la ansiedad también aumentará”. Otro factor que señala el profesor es la novedad, al ser un nuevo idioma, algo nuevo causa nerviosismo, “Aprender por primera vez una lengua extranjera puede desencadenar una sobrerreacción emocional y, por tanto, generar ansiedad. Ante cualquier experiencia desconocida, las personas sufren cierto nivel de activación que, en algunos casos, puede ser positivo porque las prepara para la acción, pero en otros, cuando la ansiedad supera cierto límite, se puede girar en contra suya”.
Recordar experiencias negativas puede ser un factor que dificulte el aprendizaje, señala Joseph Hopkins, “Todo el mundo ha vivido momentos en los que no se ha podido entender con otra persona, y recordarlo en situaciones posteriores puede hacer sentir más inseguras a las personas y, por tanto, más nerviosas”. Sin olvidar que “algunas personas que tienen predisposición a la ansiedad y es más probable que se pongan más nerviosas que otras. Hay estudiantes que por naturaleza tienden a ser más ansiosos que otros, y muy a menudo este nerviosismo está relacionado con un sentido del ridículo exagerado”.
Por todos estos factores, los expertos de la OUC recomiendan estos diez consejos para combatir la ansiedad:
- Hablar antes de pensar. No dar tiempo de aparición al miedo a la hora de comunicarse.
- Es una carrera de fondo. Ser consciente que para aprender un nuevo idioma hay que ir de poco en poco, no a la carrera.
- No es una competición. Cada persona tiene su ritmo de aprendizaje.
- Buscar un centro académico adecuado. Que la metodología de los centros se adapte a la necesidad y el nivel del estudiante.
- Conectar con los iguales. Relacionarse con estudiantes que tengan el mismo conocimiento, ayuda y anima a practicarlo más.
- Ludificación del aprendizaje. Jugar aprendiendo para aumentar la motivación del estudiante.
- La práctica es un buen antídoto. Cuanta más práctica tenga dentro o fuera del aula, más posibilidades se tendrá de reducir la ansiedad al irse enfrentando al miedo.
- Equivocarse es normal. Para aprender, hay que cometer errores para luego corregirlos, sin avergonzarse de ello.
- Convertir los pensamientos negativos en positivos. Reconocer los fallos y asumir que lo corregirá sin tomárselo mal, superando asi el miedo.
- Consumir contenidos audiovisuales y leer. Ver películas o series y leer en el idioma que se está aprendiendo da confianza.