Estos dos partidos regionalistas, UPN y Coalición Canaria, era más lo que pedían que que lo daban. Por eso, el Psoe ha decidio prescindir de esos cuatro escaños y a cambio gobernará dos autonomías más. La de Navarra donde ha ganado las elecciones, y la de Canarias. En esta última Comunidad, la llave la tiene el polémico socialista Casimiro Curbelo que será quien incline la balanza hacia CC o hacia el Psoe. Queda por ver si el órdago de Vox, amenzando con romper la baraja si no lo incluyen en el gobierno de Madrid, aún mantiene las esperanzas abiertas al socialista Ángel Gabilondo, que ganó las elecciones, para que pueda llegar a gobernar. Este 11 de julio se conocerá el resultado.
En Navarra el horizonte se despeja y María Chivite acudirá a la investidura con el apoyo del nacionalista Geroa Bai y con la abstención de Bildu, algo que el Psoe quiso evitar pero que la pinza de Ciudadanos y Vox, le hace imposible mantener. La constitución de la Mesa del Parlamento dio la presidencia a Geroa Bai, los nacionalistas de Uxue Barkos, con el apoyo del PSN, con lo que deja despejado el camino para que el Psoe tome la presidencia de Navarra. Sin negociar con Bildu pero aceptando su abstención.
En Canarias también el equipo negociador del Psoe ha renunciado a los dos escaños de CC al aceptar, como no le queda más remedio, el apoyo de Unidas Podemos. Está por ver cómo se formalizará este acuerdo de partidos prograsistas. Mientras, Sánchez mantiene su postura de no “meter una pieza discordante” en su Consejo de Ministros (que cómo se sabe ha de estar compuesto por personas de la máxima confianza del Presidente), Iglesias insiste como un chico pequeño en que quiere la “piruleta” de una cartera ministerial. Dado el hundimiento de Unidas Podemos, quién sabe si Iglesias considera que ésta es su última oportunidad de ser alguien en política. Hay movimientos de liderazgos fuertes dentro de Podemos muy enfrentados al mega líder, como son Espinar o Errejón, Alegre, Bescansa, que le disputan a Iglesias e Irene Montero la dirección de un Podemos, en franca descomposición.
Volviendo a Canarias, dada la idiosincrasia del caciquismo isleño, el Psoe se debatió desde un primer momento, en echar a Coalición Canaria de la Presidencia de una Comunidad que lleva 26 años gobernando. Para ello han buscado el apoyo de Podemos, Nueva Canarias, y la llave, que es la Agrupación Socialista Gomera, con el polémico Casimiro Curbelo a la cabeza. Por otro lado, a Rivera, los dirigentes canarios de Cs le han salido desobedientes y se aliaron con el Psoe para el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Otra encrucijada para Rivera que no ha digerido. El día 21 de julio será clave para conocer quien gobernará Canarias. Es el socialista Curbelo quien tiene la bisagra para inclinar el gobierno a un lado, Psoe o al otro, CC. En cualquier caso, ya Sánchez ha descontado el apoyo de los dos escaños canarios para formar gobierno.
La ecuación que va quedando dibujada es que Ferraz, según todos los indicios, ha optado por gobernar Navarra y Canarias a cambio de perder cuatro escaños, esenciales, en su investidura. Lo que hace suponer que Sánchez y su equipo han resuelto el problema aritmético admitiendo la abstención de los que “generosamente” se la han ofrecido. Por su parte, Esquerra Republicana de Cataluña, ha comunicado ya públicamente, que les gustaría que “la Abogacía del Estado se inclinara a pedir la libertad condicional de los políticos independentistas juzgados y que sigue en prisión sin sentencia aún”. Algo que jurídicamente es perfectamente viable, pero que, debido a la actuación de Carles Puigdemont y los suyos, el Juez decidió mantenerlos en prisión preventiva por el riesgo de fuga. Lo que en román paladino equivale a decir que si Junqueras y nueve políticos de ERC y de JpCat, llevan más de un año en prisión preventiva, no es por correspondencia con los delitos de los que se les ha juzgado, sino por la actuación de fuga de sus compañeros. A ellos se lo deben. Ya en anteriores ocasiones, ERC había pedido la salida de prisión preventiva en espera de juicio de los presos catalanes, sin conseguirlo. Quizá en esta ocasión, los jueces decidan que la situación ha cambiado. O no. En cualquier caso se trata de una decisión judicial.
En este estado de los pactos, con todas las puertas abiertas, la abstención de los 15 diputados de ERC y los 4 de Bildu serían decisivos para la investidura de Sánchez. ERC ya ha anunciado que en ningún caso votaría en contra. Gabriel Rufián, que se jacta de tener palabra, ya ha dicho públicamente que no vetarán a un partido de izquierdas y progresista. Alguna información clara al respecto debe de tener el presidente Sánchez, al actuar como tal y no albergar dudas sobre su investidura y continuación durante los próximos cuatro años. Con estos avances, Sánchez se puede permitir negociar, paso a paso, comunidad a comunidad, y también mantener el pulso a las ambiciones personalistas de Pablo Iglesias y su Unidas Podemos.