En primer lugar, el recién investido alcalde ha querido reconocer la labor de Juan Pablo Lázaro como presidente de la CEIM durante los últimos años, de quien ha afirmado que "Es una persona de las que cuando uno escucha uno aprende. Siempre he tenido la oportunidad de aprender de ti”, ha dicho al presidente saliente “y sobre todo de aprender de esa visión del reto digital que tenemos todos por delante, que es imprescindible que acometamos también desde las administraciones públicas. Por eso, no es casual que vayamos a crear una oficina digital en el Ayuntamiento.”
Posteriormente, Martínez-Almeida ha felicitado a Miguel Garrido por su nuevo cargo como presidente de CEIM, de quien ha dicho que durante 30 años ha buscado la mejor defensa de los intereses empresariales pero también "desde el mejor diálogo social". En ese sentido, el alcalde ha garantizado que impulsará el necesario diálogo social, tendiendo su mano a sindicatos y patronal para "que nos podamos poner en seguida a acometer tareas que son urgentes, que son inaplazables y que tenemos que emprender también desde el Ayuntamiento, junto con la CEIM. Porque creo que el diálogo social es clave para que la sociedad pueda crecer en términos económicos, en términos sociales, en términos culturales. En definitiva, para que se pueda producir un crecimiento de la sociedad".
El edil ha destacado los principales compromisos de su Ayuntamiento en relación a los intereses de CEIM y de los empresarios. Por un lado, se ha comprometido a llevar a cabo un plan de simplificación y una mejora de la regulación normativa que "nos parece esencial como medio para canalizar la mejor seguridad jurídica de la relaciones que tienen que tener los empresarios con la administración". Por otro lado, Almeida ha anunciado que intensificará la colaboración público privada como mecanismo para acompañar a la sociedad a la hora de "ganar el futuro, algo que no corresponde al Ayuntamiento, sino a los madrileños".
Por último, ha querido recordar la rebaja fiscal que el nuevo equipo de gobierno llevará a cabo, y que ha calificado de "revolución fiscal en la ciudad de Madrid" que junto con la rebaja de trabas burocráticas ya anunciada, "pueda agilizar la creación de riqueza y creación de inversión en Madrid".