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El PSOE ve más cerca la investidura de Sánchez tras la ronda de contactos con los grupos parlamentarios

El PSOE ve más cerca la investidura de Sánchez tras la ronda de contactos con los grupos parlamentarios

La portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Adriana Lastra, ha mantenido este jueves reuniones con los grupos parlamentarios catalanes y les ha pedido que no bloqueen la investidura. Ayer el secretario de Organización de los socialistas, José Luis Ábalos, mantuvo encuentros con el PNV, CC, Navarra Suma… y ha firmado un acuerdo de colaboración con el PRC de Miguel Ángel Revilla. Y el martes, el propio Sánchez recibió a Pablo Iglesias con el que acordó abrir una negociación con la finalidad de conformar un Gobierno de Cooperación. Tras la semana de contactos, los socialistas ven más cerca la investidura ante la posición de la mayoría de los grupos de no bloquear, salvo PP y C’s que, justamente, están en lo contrario.


Esta semana, tras el encargo del Rey Felipe VI a Pedro Sánchez para que intente conformar un gobierno, el PSOE se ha puesto en marcha para conocer la posición de todos los grupos políticos del Congreso de los Diputados.

Este jueves, la ronda de negociaciones ha llevado al PSOE ha reunirse con los partidos catalanes. En esta ocasión, la portavoz del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados, Adriana Lastra, se ha reunido con los representantes de Junts per Catalunya, Laura Borràs y de ERC, Gabriel Rufián.

Laura Borràs, de JxCat, ha declarado tras su encuentro con Lastra que su grupo entiende que “no se dan las circunstancias para poder facilitar esa investidura”. Según sus palabras, el PSOE no les ha pedido la abstención directamente, pero sí les ha comunicado que no bloqueen la investidura del futuro Gobierno del PSOE.

Uno de los motivos alegados por los independentistas catalanes es la situación de sus tres diputados suspendidos, Jordi Sánchez, Josep Rull y Jordi Turull que, a su juicio, sufren un “recorte de derechos fundamentales” y cuyos votos consideran “cautivos” por la decisión de la Mesa del Congreso de suspenderles por estar procesados.

Sin embargo, Gabriel Rufián, de Esquerra Republicana de Cataluña, ha dejado la puerta abierta a una posible abstención de sus quince diputados, pero también ha avisado que no darán un cheque en blanco al PSOE. El portavoz parlamentario ha dicho que “no venimos con la intención de bloquear absolutamente nada, pero el no bloqueo no dignifica dar un cheque en blanco al PSOE de Sánchez”. En su comparecencia pública ha remarcado que su posición dependerá también de la actitud del PSOE y de qué PSOE se encuentre. Rufián ha dicho que no es lo mismo el PSOE de Lambán, de Page o de Borrell que el PSOE de Adriana Lastra.

En la jornada del miércoles, el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, se reunió con representantes del PNV, de Compromís, de Navarra Suma y de Coalición Canaria para conocer las posturas de sus respectivos grupos parlamentarios. Para el dirigente socialista destacó la “actitud colaborativa, de entendimiento y positiva para la gobernabilidad de España”. La posición de estos grupos es dispar, pero el PSOE podría obtener el apoyo del PNV y de Compromís con relativa comodidad después de sentarse con los representantes vascos y el representante valenciano. Con Navarra Suma y Coalición Canaria el acuerdo es más complicado ya que depende de otros factores. En el caso de los navarros todo dependerá de lo que ocurra finalmente en la Comunidad Navarra y de lo que finalmente haga allí el PSOE de María Chivite. Y la representante de CC en el Congreso, Ana Oramas, ha venido manteniendo su posición desde hace semanas y ha vuelto a reafirmarse en que su grupo no apoyará al PSOE si éste acuerda un programa y un gobierno con Podemos.

A principios de semana, el propio Sánchez recibió a Pablo Iglesias con el que tuvo una buena sintonía para sumar fuerzas y sacar adelante lo que denominaron un ‘Gobierno de cooperación’. En esta vía trabajarán tanto PSOE como Unidas Podemos para acercar posturas y que ambas formaciones consigan conjugar todos sus intereses: por un lado, el gobierno monocolor que busca el PSOE y por otro la entrada en el Ejecutivo que pide Unidas Podemos. Finalmente, en el término medio podría estar la solución. Quizás no veamos ningún ministro del partido de Iglesias, pero si podría haber personas de Unidas Podemos en niveles inferiores del Gobierno.

Lo que tiene claro Pedro Sánchez es que no podrá contar con la colaboración ni de Ciudadanos de Albert Rivera, ni del Partido Popular de Pablo Casado. Ambos líderes se sitúan en la oposición más absoluta y, según sus palabras, estarán en obstaculizar la formación del Gobierno.

El recorrido seguido por el PSOE en esta semana de contactos ha quedado claro. Con la intención de cerrar un acuerdo con Unidas Podemos, a quien consideran los socialistas un socio prioritario, se suman en el Congreso de los Diputados 165 diputados que darían al futuro Ejecutivo una sólida estabilidad. Se trataría de un Gobierno de progreso que avance en las cuatro líneas que explico el propio presidente en funciones Pedro Sánchez: "la transición ecológica, la adaptación al cambio climático; en segundo lugar, el impulso a la digitalización de nuestra economía; la lucha contra la desigualdad y, finalmente, el refuerzo del papel de Europa". Es por tanto un ejecutivo que apostaría por recuperar los numerosos derechos perdidos durante los años de gobiernos conservadores y de la crisis.

Partiendo de la base de esos 165 escaños, a 11 de la mayoría absoluta, el PSOE quiere sumar distintos apoyos de partidos como Compromís, PNV o el Partido Regionalista Cántabro que dejan la mayoría en 173 diputados. Para completar la mayoría absoluta quedarían entonces tres escaños que el PSOE no quiere pedírselo a independentistas catalanes ni vascos. De hecho, los socialistas se han negado a reunirse con Bildu y añaden en ese veto a la ultraderecha de Vox.

La idea de Pedro Sanchez pasa, entonces, por salir investido en una segunda ronda, donde ya no se exige mayoría absoluta sino más votos afirmativos que negativos. Entran por tanto en juego las posibles abstenciones. Con 173 votos a favor, sólo podrían tumbar la investidura si PP, C"s, Vox, ERC, JcCAT, Bildu, Navarra suma y CC juntan sus votos. Esta situación podría llevar a una repetición de elecciones que ahora mismo nadie quiere y nadie plantea como solución. De hecho, sería un enorme fracaso de la política española en general. Como los socialistas no quieren ser rehenes de los independentistas catalanes, han pedido a PP y C"s que con su abstención no bloqueen la formación del futuro gobierno. Sin embargo, las derechas se han apresurado a decir que no se cuente con ellos. Por eso, finalmente, una abstención, sin contraprestaciones, de ERC podría dar vibilidad al segundo gobierno del PSOE de Pedro Sánchez.

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