Desde este jueves y hasta el domingo, todos los europeos están llamados a las urnas para decidir la composición del Parlamento Europeo para los próximos cinco años. Este Parlamento se ve amenazado por la irrupción de nuevos diputados representantes de la extrema derecha. En estos momentos, son 17 los Parlamentos de paises de la UE donde la extrema derecha ha irrumpido de forma contundente. En Hungría y Polonia, los partidos de ultraderecha superan el 30 y el 40 por ciento. En otros, como Dinamarca, Suecia, Finlandia. Francia e Italia, están entre el 17 y el 20 por ciento. Y en países como Alemania y Holanda superan el 12 por ciento. La alerta es máxima y por ello las elecciones de este mayo son cruciales para frenar a la ultraderecha.
Alrededor de 402 millones de europeos están llamados a las urnas entre el 23 y 26 de mayo para decidir quiénes ocuparán los 751 escaños del Parlamento Europeo durante los siguientes cinco años. Del total de países europeos, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España serían los que más escaños darían, cerrando esa lista Estonia, Malta y Luxemburgo.
Reino Unido y Países Bajos han sido los países más puntuales en proceder al voto europeo este mismo jueves. Los ciudadanos de República Checa e Irlanda serán los segundos, este viernes 24. El sábado, los checos volverán a las urnas al ser el único país en el que pueden votar durante dos días; también lo harán en Malta, Letonia y Eslovaquia. El domingo, el resto de Estados miembros, incluida España.
A pesar de que el Brexit ha puesto a los británicos en plena retirada, que se espera que sea de forma sosegada y acordada, Reino Unido seguirá teniendo representación hasta el momento en el que llegue a formalizarse el divorcio, momento en el que los eurodiputados británicos serán expulsados automáticamente, reduciendo el Hemiciclo a 705 escaños y aplicando un nuevo reparto y dejando margen para posibles ampliaciones de la Unión en el futuro.
De los 73 escaños que quedarían vacantes por la posible salida del Reino Unido, 27 sería redistribuidos de la siguiente manera: 5 escaños para Francia y España; 3 escaños para Italia y Países Bajos; 2 escaños para Irlanda; y 1 para Suecia, Austria, Dinamarca, Finlandia, Eslovaquia, Crocacia, Estonia, Polonia y Rumanía.
En la actualidad, España cuenta con un total de 53 diputados, de los cuales 17 son del conservador PPE, 13 son del socialista S&D, 8 son de ADLE, 5 son de Verdes/ALE, y 10 son de GUE/NGL.
Se espera que la actual convocatoria supere con creces la escasa participación de las anteriores, que ha ido descendiendo paulatinamente desde 1979. Según varias encuestas, un 48% de los ciudadanos europeos piensa que “su voz cuenta en la Unión Europea”, porcentaje que ha crecido diez puntos en los últimos años. En concreto, esperan respuestas eficaces a problemas como la seguridad, el medio ambiente, los flujos migratorios o el empleo.
Según se ha podido observar en encuestas recientes, la hegemonía de los grandes bloques del Partido Popular Europeo (PPE) –con 216 escaños en la legislatura actual y con una pérdida prevista de 41 escaños– y los Socialistas y Demócratas (S&D) –con 185 escaños y con una pérdida prevista de 32 escaños– se vería amenazada por la entrada de nuevos grupos de extrema derecha y con idearios euroescépticos que fragmentarían fuertemente la Eurocámara, pudiendo llegar a ocupar hasta un tercio del Hemiciclo.
Sin embargo, la clave estaría en la capacidad para unir fuerzas y formar un gran bloque de, mínimo, 25 diputados procedentes de al menos una cuarta parte de los Estados miembros, algo difícil para los nuevos grupos radicales.
Varios partidos de la derecha radical europea, como la Liga del italiano Matteo Salvini, la Agrupación Nacional de la francesa Marine Le Pen o el Partido por la Libertad del holandés Geert Wilders, han escenificado ya su entendimiento. Sin embargo, los de Santiago Abascal se mantienen a día de hoy al margen, igual que el partido ultranacionalista polaco Ley y Justicia (PiS), o el Fidesz del primer ministro húngaro Viktor Orban.
Actualmente, los polacos se sitúan en el bando de los Conservadores y Reformistas junto a los británicos, mientras que los eurodiputados del húngaro Orban se mantenían con los populares, aunque el PPE les ha suspendido recientemente por su ideología antieuropea.
Ante esta irrupción de la ultraderecha, políticos como el francés Emmanuel Macron, el italiano Matteo Renzi o el portugués Antonio Costa, han advertido la necesidad de una alianza progresista que defienda el proyecto europeo y dejar atrás la tradicional coalición de conservadores y socialistas de las últimas décadas. Por ello, se espera que los Liberales europeos (ALDE) vuelvan a ser tercera fuerza en la nueva legislatura.
En cuanto a la presidencia de la Comisión Europea, los líderes de la UE han dejado claro que les corresponde a ellos designar los puestos clave, sin embargo, el alemán del PPE Manfred Weber parte como favorito, y el francés Michel Barnier, actual negociador de la UE para el Brexit, le pisa los talones.
Les siguen el socialdemócrata holandés y actual vicepresidente de la Comisión Europea responsable de Estado de Derecho, Frans Timmermans, y la actual comisaria de Competencia y liberal danesa, Margrethe Vestager.
Además del presidente de la Comisión Europea, también hay que elegir al alto representante de Política Exterior y al presidente del Banco Central Europeo(BCE). Por este motivo, ya está prevista una cumbre europea extraordinaria apenas 48 horas después de las europeas para comenzar las negociaciones del reparto de cargos, que tendrán en cuenta los resultados, aunque no necesariamente se respetarán. La Eurocámara finalmente se conformará el próximo 2 de junio.
Lo que si se respetará será el compromiso en lograr la paridad en el reparto de cargos, pues nunca antes la Comisión Europea ha estado dirigida por ninguna mujer. Actualmente, solo Federica Mogherini tiene el cargo de jefa de la diplomacia. Por el momento, la francesa Christine Lagarde se perfila como nombre femenino para presidir la Comisión Europea; también la búlgara Kristalina Georgieva para dirigir el Banco Mundial; la lituana Dalia Grybauskaite; o Angela Merkel.