Es increíble como la destrucción de un monumento histórico, de tanta belleza y tanto arte, puede unir a todo el mundo en busca de un bien común. Cuando el lunes por la tarde recibimos la noticia de que Notre Dame estaba siendo consumida por las llamas no nos lo creíamos. La icónica catedral francesa ha vivido diversos momentos históricos, como la coronación de Napoleón, y ha resistido a la Revolución Francesa y a las dos guerras Mundiales que consumieron al mundo y, por supuesto, sobrevivirá a este “pequeño” accidente con el que se ha topado.

El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha prometido, en el día de ayer, que en tan solo cinco años la catedral de Notre Dame recuperará todo su esplendor. “Lo digo esta noche con fuerza: somos un pueblo de constructores. Y tenemos mucho que reconstruir (...) Levantaremos Notre Dame más bella que nunca y quiero que lo hagamos en cinco años” con esto Macron pretende apelar a la unidad y a la fortaleza del pueblo francés para afrontar el duro momento por el que pasa el país galo.

La catedral de Notre Dame no solo es importante a nivel nacional, también lo es a nivel internacional, por lo que el Presidente francés ha asumido que “El incendio de Notre Dame ha afectado profundamente al espíritu y el corazón de los franceses y del mundo entero” y ha recordado que “la historia no se detiene nunca”.

La Fiscalía de París ha abierto una investigación por “destrucción involuntaria”, ya que, de momento, se desconoce si el incendio está relacionado con las obras de restauración que se encontraban en marcha. Macrón entiende que los franceses están impacientes por depurar responsabilidades, pero ha pedido “no quedar atrapados en el odio. Hay un momento para la acción y otro para la reflexión, no los mezclemos”.

Durante la mañana del martes los bomberos de París consiguieron extinguir el incendio por completo, después de casi diez horas de trabajo. Los 400 efectivos desplegados continuarán trabajando para enfriar la estructura de Notre Dame.