Madrid acogió este domindo la manifestación de las empleadas del hogar para reivindicar mejoras en sus condiciones laborales y económicas. Frente a la Puerta del Sol, muchas mujeres gritaron bajo el lema: "Soy empleada del hogar, por mis derechos voy a luchar". Más de 616.000 mujeres en toda España trabajan como empleadas del hogar. Se calcula que una de cada tres cobra en negro, por lo que no obtendrán ningún tipo de prestación en caso de desempleo o jubilación.
La Puerta del Sol acogió este domingo la manifestación de las empleadas del hogar. Las mujeres, que representan el 90% de trabajadores de este gremio, gritaban con su delantal amarillo y sus pancartas: "Soy empleada del hogar, por mis derechos voy a luchar" , entre otras frases que reflejan la situación precaria que viven muchas de ellas.
El colectivo Servicio Doméstico Activo (SEDOAC) convocó la protesta, apoyada por SOS Racismo y Red Estatal de Trabajadoras del Hogar y Cuidados , entre otros. Son más de 616.000 mujeres las que trabajan como empleadas del hogar en toda España. Las mujeres que se concentraron ayer en Sol y antes de ayer en Valencia, reivindican la equiparación de sus derechos laborales con el régimen general de trabajadores.
HAZ CLICK EN LA IMAGEN PARA VERLA MÁS GRANDE class="img_ampliable" style="margin: 10px; float: right;" src="/fotos/editor/19920/1554109902_Concentracionempleadashogar4.jpeg" alt="" width="230" height="230" />Las empleadas del hogar están inmersas en una desigualdad amparada por la ley . Y es que las trabajadoras domésticas son las únicas que no generan derecho a paro. Por eso podía leerse "Es cuestión de Justicia. Sí al convenio 189 de la OIT" , haciendo referencia a este acuerdo jurídico de la Organización Internacional del Trabajo no ratificado por el Gobierno español y que obligaría a aprobar una prestación de desempleo, de la que hasta ahora carecen.
En la Comunidad Valenciana, más de 200 representantes de distintas asociaciones de toda España, que agrupan a los colectivos de las trabajadoras del hogar y de cuidados, se dieron cita durante todo el fin de semana para reivindicar igualdad en sus condiciones laborales. Denuncian que su colectivo arrastra desde hace años unos límites alarmantes de precariedad, sin posibilidad de cogerse una baja, sin prestación por el desempleo, ni subsidios, si llegan a jubilarse lo hacen con una pensión mínima. Además, todavía dos tercios de ellas siguen trabajando en negro. A esta problemática se une que la mayoría son extranjeras, por lo que la falta de contrato les impide optar a un permiso de residencia .
En febrero, otras tantas trabajadoras se concentraron ante el Congreso de los Diputados pidiendo lo mismo: un régimen laboral digno. Sus pancartas y sus frases definían su empleo como el de una doncella en pleno siglo XXI. Sin contratos, sin papeles y sin vida propia.
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