El ministro de Exteriores, Josep Borrell, detuvo una entrevista en la televisión alemana DW (Deutsche Welle News) ya que, a su juicio, el periodista Tim Sebastian, utilizó de forma permanente y reiterativa, datos falsos en sus preguntas e información muy sesgada que coincide con la intoxicación de las formaciones catalanas a favor de la independencia. Miembros del Gobierno como la vicepresidenta Carmen Calvo, han respaldado la reacción del dirigente socialista que tiene que rebatir en toda Europa el relato que durante años han trasladado los partidos catalanes sobre el conflicto territorial español y que se une a la inacción del anterior Gobierno de España, liderado por Mariano Rajoy, que no desmintió lo que contaban los políticos independentistas.
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha respaldado al ministro en una entrevista en Los Desayunos de TVE y ha afirmado con rotundidad que “el Gobierno lo que no puede es dar por buenos hechos o supuestas verdades que no lo son”. Se refería la ministra a cuestiones que le planteó el periodista Tim Sebastian a Borrell en una entrevista para la cadena de televisión germana DW. El dirigente español tuvo que rebatir al presentador del programa aspectos que daba como ciertos como que el “70% de los españoles está a favor de la modificación de la Constitución”.
El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, llegó al punto de parar la entrevista (aunque luego la finalizó) cuando se sintió “interrogado” por el periodista Sebastian y tuvo que hacer frente al falso relato en el que el periodista basaba sus preguntas. Una de las cuestiones que le chocó al titular de exteriores fue sobre Carme Forcadell a la que el periodista presentó como “una abuela de 63 años que ha sido obligada al confinamiento solitario durante 15 horas diarias sin haber sido condenada a nada”.
Borrell, lógicamente, le indicó al periodista que “comienzo a pensar que no sabe nada de esto”. A partir de aquí la tensión fue en aumento lo que hizo que el dirigente español se levantara de la silla e interrumpiese la entrevista. Aunque luego, convencido por sus asesores la termino tal y como cuenta la propia cadena de televisión.
Para Carmen Calvo “un miembro del gobierno tiene que hacer frente a las mentiras constantes” con las que el independentismo se pasea por el mundo para laminar constantemente la imagen de España”.
La número dos del Ejecutivo de Sánchez ha dicho que es totalmente lógica la reacción de Josep Borrell que tuvo que decir "basta” y levantarse de la entrevista a modo de protesta ante las cuestiones intoxicadas por las que se le estaba preguntando. La vicepresidenta ha insistido en que no se puede consentir que en Europa se esté diciendo que España es un país en el que “la gente está condenada por sus ideas”. Un claro ejemplo de que eso no es verdad, a juicio de Calvo, es la manifestación que hace dos semanas llevaron a cabo los partidos independentistas en Madrid.
El problema de fondo es que el anterior Gobierno de España, liderado por Mariano Rajoy, no hizo todo lo que debía para que en Europa se conozca el verdadero relato del problema sobre la independencia de Cataluña. Mientras tanto, los líderes independentistas catalanes llevan años contando su versión en los distintos países de la Unión Europea abriendo embajadas pagadas con el dinero de todos los catalanes.
Comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores
El Ministro mostró firmeza e indignación ante la avalancha de preguntas capciosas y demagógicas en una entrevista ex que tenía más de interrogatorio acusatorio que de entrevista periodística.
Utilizar la imagen de una abuela (irrelevante) encarcelada en régimen de aislamiento (falso), acusada de delitos que no ha cometido (juicio de valor) para acusar al Gobierno es inaceptable.
La información totalmente sesgada utilizada por el periodista revela un alarmante nivel de desinformación o voluntad de engañar sobre la realidad española.
Fruto de esa manipulación y de una intensa campaña de desinformacion, algunos medios de comunicación europeos reciben y transmiten en ocasiones planteamientos inadmisibles desde el punto de vista de la democracia española, considerada una de las 20 democracias más avanzadas del mundo según los más prestigiosos indicadores.
Hoy mismo se ha hecho público por un medio español que el Govern ha gastado 550.000 € en adoctrinamiento a periodistas extranjeros, según el Tribunal de Cuentas.
El ministro Borrell se mostró firme en su defensa de nuestro sistema de valores, de la independencia del sistema judicial y en su rechazo contra la manipulación política de los acontecimientos vividos en 2017 en Cataluña.
En el caso concreto del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, España ha recibido un número sentencias condenatorias (112) muy por debajo de nuestros principales socios europeos como Francia (736), Alemania (195), Reino Unido (315) e Italia (1830).
En conclusión, un periodista puede preguntar lo que quiera y al Ministro Borrell no le importa contestar cualquier pregunta pero cuando no son preguntas sino acusaciones basadas en datos falsos, repetidas machaconamente, convirtiendo las anecdotas en categorias, con afirmaciones que reproducen acríticamente el esquema mental del independentismo catalán e interrumpiendo las respuestas, llega un momento en que considera que ya no tiene sentido continuar con un ejercicio informativamente inútil.