Pablo Casado ha estado este domingo en Galicia, junto al presidente Núñez Feijóo, en esta larga precampaña electoral en la que los líderes nacionales recorren todos los rincones de la geografía española.
El presidente del PP ha aprovechado su intervención en un acto de entrega de carnés a nuevos afiliados para denunciar la actitud del partido de ultraderecha de su "amigo" Abascal. Quizás eligiera este domingo para alertar a sus militantes del peligro de Vox debido a que se encontraba junto a uno de los líderes más comedidos que ha quedado en este nuevo PP, Alberto Núñez Feijóo. Lo normal en estas últimas semanas, desde la famosa "foto de Colón", ha sido justo lo contrario, ver a un Casado a la desesperada pidiendo a la ultraderecha española que ayude a echar de La Moncloa a Pedro Sánchez y que no divida el voto de la derecha española. Ha llegado incluso a pedir que Vox no se presente en las circunscripciones más pequeñas para que no pierdan ningún voto contra los socialistas.
Este domingo ha dicho a "aquellos que se dan golpes de pecho con el patriotismo" que dicho patriotismo no está reñido con las matemáticas y que por eso deben "unir esfuerzos en torno al único partido que puede garantizar una alternativa a Pedro Sánchez y a sus socios batasunos, independentistas y comunistas". Si, a pesar de lo mal que le va en las encuestas a Casado, sigue con sus machacona idea de que Pedro Sánchez es el más malo entre los malos y, aunque sea falso, sigue diciendo que el presidente del Gobierno tiene como socios a los que ellos denominan "malos españoles".
“Patriotismo es no dispersar esfuerzos cuando España se la juega y cuando hay un proyecto constituyente –como dijo ayer Pablo Iglesias–. Quieren abrir en canal la Constitución, acabar con la igualdad entre españoles, romper las libertades públicas, hacer ciudadanos de primera y de segunda”, dijo Casado a sus acólitos. A continuación se autonombró "salvador de la patria" al afirmar que el único que puede parar ese proyecto es el Partido Popular, "porque es el único que confía en la Constitución, que consagra el Estado Autonómico más plural, descentralizado pero también unido, cohesionado y fuerte”.
“No necesitamos a tres que hagan algo, necesitamos a uno que haga lo que tenga que hacer, que lo haya hecho antes, que sepa hacerlo y que esté dispuesto a volver a hacerlo, cueste lo que cueste –ha proseguido– A un partido, el Partido Popular, no a tres partidos cuya suma no se sabe lo que va a dar”, afirmó Casado.
Pero no fue solo el presidente del PP el que criticó a Vox, antes ya había hablado Alberto Núñez Feijóo para afirmar que los dirigentes ultraderechistas "se esconden en las cuentas de Twitter. Y nos llaman cobardes a nosotros". El presidente de la Xunta arremetió también contra Ciudadanos a los que culpó de "inventarse problemas con la lengua" en Galicia donde, afirmó "hay un bilingüismo cordial".
El dirigente gallego avisó a los suyos que "Sánchez quiere que se divida el voto del centro y de la derecha, porque dividiéndolo y teniendo el voto de los independentistas volverá a ser presidente, rehén de aquellos, pero presidente del gobierno".
Por último, dijo que "no vale solo con gritar "viva España" o " viva Galicia", habrá que saber cómo gestionar", en referencia nuevamente al partido de extrema derecha.