El “clementazo”, como han denominado dentro de la propia formación a lo ocurrido en Castilla y León, le está pasando factura a Albert Rivera. La candidata de la dirección del partido, Silvia Clemente, renunció a favor de su rival, Francisco Igea, cuando éste comprobó que se habían contado 81 votos más de los emitidos. Este pucherazo obligó a Ciudadanos a revisar algunas otras mesas en diferentes circunscripciones lo que ha levantado varios casos de corrupcion y trampismo electoral.
Las polémicas primarias de Ciudadanos podrían incluso acabar en los tribunales, tal y como señalan algunos afiliados de Cantabria, donde el oficialista Félix Álvarez, conocido popularmente como ‘Felisuco’, acababa con las esperanzas de José López.
También en Madrid, Juan Carlos Bermejo, perdedor de las primarias frente a Ignacio Aguado ha pedido a la Comisión de Garantías de Ciudadanos la lista de IP de los afiliados que votaron y la hora en que lo hicieron.
Un caso parecido resultó ser Murcia, donde a pesar del silencio de Leonardo Pérez, los militantes pudieron comprobar un ritmo del todo “irregular” en el sistema de votación y un “resultado poco verosímil” que dio el triunfo a Isabel Franco.
El presunto “pucherazo” vivido en Castilla y León ha ocasionado además dos dimisiones en apenas tres días, la del secretario de Comunicación regional, Pablo Yáñez, y la candidata a la Alcaldía de Valladolid, Pilar Vicente.
A vueltas con la “propaganda separatista”
Pese a la crisis interna, el partido de Albert Rivera mantiene varios frentes abiertos, uno de ellos en Cataluña, donde la líder del partido, Inés Arrimadas, ha denunciado ante la Fiscalía Superior que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, no ha retirado los símbolos separatistas de los edificios públicos como le requirió la Junta Electoral Central (JEC).
“No nos rendiremos, no nos harán participar en una campaña con los edificios públicos llenos de su propaganda electoral”, ha defendido Arrimadas, quien ha advertido que seguirán “defendiendo a millones de ciudadanos para que tengan unas instituciones neutrales y unas elecciones limpias” y que, para ello, irán “hasta el final para proteger la democracia en Cataluña”. “Es indignante que los edificios estén llenos no solo de lazos, sino de las caras de los candidatos separatistas a las elecciones”, ha sentenciado.
“Ya está bien que los funcionarios tengan que trabajar como si estuvieran en la sede de la ANC y que los ciudadanos tengamos que tragar con la propaganda separatista”, ha lamentado.